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Capítulo

Fiorella es una niña que ha crecido rodeada de lujos, su madre una hermosa mujer murió cuando ella tenía trece años de edad, su padre murió cuando ella era tan solo una bebé. El misterio la rodea a donde ella quiera que va, por el hecho de ser huérfana, pero ella es muy relajada en ese aspecto de su vida, prefiere no hablar con nadie. -Mi vida de misterio no tiene nada -dice ella mirando a una compañera de clase, la primera en mucho años a la que le dirige la palabra. -¿Estás segura? -Le pregunta. -Claro que si -dice ella muy segura. Se encoje de hombros y siguen caminado por los pasillos. -Por cierto, ¿Quién es tu tutor legal? -le pregunta ella con curiosidad. Fiorella la observa unos segundos, en la casa no hay fotos suyas, hay varias fotos antiguas, pero nada realmente nuevo, se refieren a él como señor, nunca lo han escuchado llamarlo por su nombre. -¿Qué pasa? -Le pregunta su amiga. -Sabes si hay algo de misterio en mi vida -dice sonriente

Capítulo 1 Uno

Mi cabeza está apoyada en la ventana del auto, mientras veo pasar a varias personas, como es costumbre todas las mañanas en las que él auto sale.

-Señorita Fiorella -llama el chófer.

-Dime.

-Hoy ira a recogerlo el señor de la casa -dice él. Comienza a retroceder hasta que ve que es suficiente para dar girar el auto.

-Es un milagro -susurro.

Pongo a The Weeknd en Spotify como todos los días en el transcurso a mi último año de escuela. Una escuela privada para niñas.

Nunca he estado en una escuela mixta, siempre ha sido de señoritas.

-Fiorella -llaman por mi nombre cuando bajo del auto y veo que son las idiotas de mi salón.

Me saludan alzandome la mano pero yo les lanzó una mirada llena de desdén, realmente no me importa tener amigos, lo único que deseo es terminar este año de colegio y poder tomar la decisión de ingresar a una universidad normal, con personas normal, convivir con hombres normales y quizá enamorarme.

El chofer me da una última mirada antes de subir al auto. Tomo aire antes de ingresar al infierno, camino lo más lento posible.

Las clases transcurren con normalidad el transcurso de la mañana. Todas me saludan e intentan hablarme pero mi mirada fría acompañada un helido silencio las espanta, en la mayoría de los casos, a veces recurro a mi fina lengua para ahuyentarlas.

Desde que tengo uso de razón siempre me preguntan por mi familia, por el misterio de ella, odio a ese tipo de gente, odio a los chismosos, me dan dolor de cabeza sus estúpidas preguntas.

¿Estuviste ahí?

¿Pero tú debes saber quién los asesino?

Eres como Bruce Wayne.

¿Los recuerdas?

¿Tienes traumas?

Pobre niña, huérfana de madre y padre.

¿También mataron a tu papá?

¿Quién fue el que se suicidó?

Entre más preguntas, la gente me lo repite y eso ya es cansado.

Ingreso nuevamente a clases después de terminar mi lonchera en solitario en el pasillo de la escuela.

Aún tengo dieciséis y no saben cómo cuentos los días, los años para tener veintiuno y poder tomar mis propias decisiones.

La clase de matemáticas pasa demasiado rápido y luego de ciencias, cuando veo el reloj ya es la hora del almuerzo. Todas salen del salón pero yo soy la única que se queda en el salón.

En la hora del almuerzo es donde ocurre más el hostigamiento, donde algunas intenta intimidarme pero se molestan por como actuó con ellas, que varias veces he regresado a casa con cierto golpes por qué me caigo o mejor dicho me empujan, la última vez me pelee con una de ellas. Espere llamas su atención con mis actos de indisciplina pero solo se limitó a llamar y no fui castigada.

Recuerdos de mi tutor legal...

Me pongo a pensar cuando fue la última vez que lo vi y realmente no recuerdo su rostro, mucho menos su aspecto.

Nadie sabe exactamente como es que se volvió mi tutor legal, nadie. La familia de mi padre que es muy escasa lucho por mi custodia pero no lograron obtenerla, por otro lado la familia de mi madre también intento pero ellos no tuvieron ni la oportunidad de llegar a contratar un abogado.

Hablan de mis padres, pero realmente no fue como todos dicen, mi padre era mayor que mi madre por veinte años y murió de cáncer al hígado por su exceso de la bebida cuando yo apenas y era una niña, con respecto a mi madre murió hace unos años cuando yo apenas tenía trece años, ahora tengo diecisiete años, la poca información de mi familia siempre les da un aire de misterio. Misterio cual no existe porque no su la única en este planeta con padre fallecidos por causas naturales.

Cuando el timbre anuncia la salida, como es de esperarse soy la última de todas en salir, no me importa realmente verlo, así que decido tomarme mi tiempo, alistar mis cuadernos y ir al baño, mirarme en el espejo, después de todos ya casi no hay nadie. Cuando estoy frente al espejo paso con delicadeza un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja y me arreglo un poco la camisa. Miro mi falda que está correctamente bajo las rodillas.

Salgo y camino hacia la puerta, pero me llevo una gran sorpresa al ver al chófer en la puerta. Él me mira he intenta hablar pero alzó la mano.

-Andrew no te molestes en dar una excusa, me imagino que debió ser algo más importante.

-Señorita Fiorella perdón por la información errónea que le di hoy en la mañana.

Me abre la puerta del auto, meto mi mochila primero y luego ingreso yo, él cierra la puerta y se sube al asiento del piloto.

-¿Crees que puedas llevarme a ver a mi abuela? -le pregunto.

Él no responde, pero me da una mirada por el retrovisor.

-Lo llamaré y le diré que deseo ir a ver a mi abuela -le digo.

Nunca he escuchado una voz más gélida que la de él, la manera en que les gritos cuando vine por primera vez fue horrible, si él me hubiera gritado fácilmente terminaba llorando.

-La llevaré, pero no le diremos al señor.

Asiento con la cabeza y le muestro una sonrisa.

La familia de mi mamá es pequeña, solo tiene una hermana que vive en Noruega y la abuela Alfonsa que vive a las afueras de la ciudad en una pequeña casa con su segundo matrimonio. Siempre que me lo permiten voy a verlos, pero casi nunca me permiten verlos por motivos...

Realmente no sé cuales podrían ser los motivos, pero existen.

Andrew pone un poco de música clásica, para ir escuchando durante el viaje de una hora y media.

-Señorita Fiorella, ¿llamo a su abuela?

Niego con la cabeza.

-Llamela -sugiere. Tomo mi celular y marco a la casa de mi abuela.

-Mi amor -dice con esa voz tan peculiar.

-Abuela estoy muriendo de hambre,por favor prepárame uno pollo al jugo que tanto me encanta -le digo.

Realmente no soy dulce con nadie, pero con ella siempre lo seré, mi humor siempre cambia cuando hablo con ella, cuando ella me llama y sobre todo cuanto ella cocina.

-Oh estás viniendo, claro que sí mi vidita, yo te preparo lo que tú me pidas, ahora mismo iré a la cocina -dice ella.

-Te amo abuela -le digo.

Termino la llamada y veo el rostro de Andrew, de inmediato mi mirada de felicidad cambia y se convierte en una fría.

¿Pensará que soy bipolar?

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