La Isla (El Otro Infierno)
1 de 1987
torio; tomaba un chocolate caliente y un poco de pan que le habÃan compartido sus compañeras. Necesitaba mantener su gluc
dinero a su propia madre para que le cuidara a su niña tres o cuatro veces a la semana. Aunque a su madre no le importaba que fuera su propia nieta a quién cuidarÃa, esta no perdonaba un retraso en la hora de llegada de Luisa a casa, asÃ
nseguida la mamá corrÃa -no sin antes llevarse el buen pago-, e iba a e
su madre siempre habÃa tenido una preferÃan obvia por su h
y porque era más exitosa y bonita por
aba esos pensamientos.
o. Él era médico, asà como ella enfermera. Ellos se habÃan conocido hace tiempo en otro hospital cuando aún eran
l mismo hospital en el turno nocturno. P
últimamente Eduardo sentÃa
oco podÃa hacerse a un lado y que lo olvidarán de alguna forma. Esto los llevó a tener algunas discusiones. Fue hasta hace algunos 3 meses atrás que Luisa empezó a cubrir guardias en el área de terapia intensiva o también llamada unida
ente en el área de shock. Ahà es donde ella recibir
-¿te hace falta algo?- le preguntó. Refiriéndose a si tenÃ
mano donde apretaba una jeringas empaquetad
que se las presté a Sandra para su paciente grave que ti
tó David, refiriéndose al medicamento c
los ojos co
uisiera que la jefa se enterara que lo dejé en desabasto.- Y siguió preparando el cuarto de shock, el compañero de a lado llegó para auxiliarla
ando un poco más de lo usual la l
vez no recuerde que le dijimos que nos hablara de
ón sobre la gravedad de pacientes que llegaban exclusivamente a shock, asà el
sus labios, estaba pensativa sobre esa información
so sobre el carrito rojo de los medicamentos, sonó la chic
con cara de pocos amigos, algunos destellos de cámaras fotográficas podÃan ilumin
lo qué pasa?
ro este ya estaba buscando vÃa ve
xÃgeno, abrió el equipo para intubación, preparó la
una buena vena permeable y, comenzó a
go, esta es muy grande!- gr
ero residentes!- gritó la
e de trauma, el quirófano ya es
dentes en esta ocasión!-
e dijo, pero esto al equipo de quirófano les pareció algo incrédulo y solo le dijeron que cuando
mó a la jefa lo que sus
ta el área de descanso de los médicos, abrió la puerta sin tocar, tomó un vaso de agua que s
ltó y la miró entre
tes de que pudiera hacer otra pregunta
itos que se necesiten, no importa que s
ad de las Montañas; no era común que se alarmara tanto la jefa en turno y que le pidiera tan exigentemente que requerÃa a todos los médicos necesarios y no
guntó con sig
e la familia Gwyddyon Bisset, tuvo un accidente automovilÃstico y, este hospital es el más cercano, solo necesitamos ponerla fuera
stá?- pregunt
, fractura expuesta de tibia y peroné, seguramente estallamiento de viseras, y que
s eran caritativos con varias instituciones, pero en su lado obscuro eran aliados de personas con las que nunca quisieras toparte. SabÃa que si la hija menor de esa familia tan poderosa se les morÃa en ese instante ellos
a aún no sabÃa que esa chica pertenecÃa a una familia rica y de influencia, aunque algo sospechaba, pues esos hom
nces llegaron más persona
aba y una joven de cabellos castaños y piel muy blanca los acompañaba, al parecer venÃa la familia
y Gabriel. Ellos sabÃan que los familiares no
necesitaban dejar trabajar a los médicos y enfermeras, que pronto vendrÃa
tamos esperar afuera, no podemos hac
endo internamente que
de Eileen
rla, necesito ve
la madre de Eileen corrió y abrió la corti
era como un costal de piel que tenÃa en su interior huesos triturados, el rostro esta
da una de sus manos...
erte. -¡¿Qué te h
boca, no podÃa creer que su hermana
e, asà que tomó de los brazos a su esposa y la sac
estaban im
iente toda la ciudad de las montañas ya sabÃa sobre el acontecimiento. Los periódicos llenaban sus titulares con la noti
a que volverÃa pronto si le decÃa lo que habÃa ocurrido. Además que la última vez que se habÃa ido su hermano K
o menor que Morgana y mayor que Eileen. Pero también era el ú
Gwyddyon pudo ocultar muy bien mandando a su hijo al extranjero y restringiéndolo económicamente. Pero la última vez que regresó el joven chico a la ciudad habÃa sido a escondidas de su padre, asà que cuando se enteró la familia, lo castigó seve
rumbo a la unidad de cuidados intensivos, caminaba con esa seguridad que siempre lo aco
r de almorzar, unas enfermeras vieron al joven y apuesto Kenn
que claramente mostraba una marca muy famosa y costosa. Su cabello negro destacaba en su rostro pálido. Sus ojos azules parecÃan destacar cada vez más cuando mir
se les acercó y casi
nil, pero jovial, -estoy buscando la uni
movÃan de una forma sensual, e hizo que más de
espués les sonrÃo, lo que hizo
ustedes me po
antes de que pudieran o
tención a las enfermeras. -Vamos, mis padres
rmeras y se despidió con una ligera inclinaci
on la gentuza- se expresó con desdén, l
osa?- pregu
is padres se enojen contigo- lo repren
- preguntó ya c
o y colocó su ma
ó una mano, su cara parece que va a rev
lo describas con tanta ligereza, es g
th se asombró con solo ver los innumerables tubos que entraban al cuerpo de su hermana. La
tó de que él habÃa llegado, se giró y s
e hice mal como ser humano para que dios me esté castigando de esta manera
eberÃa ser él el que estuviera en esa cama con todas esas máquinas conectadas para ayudarlo a sobrevivir. Su hermana habÃa sid
o Eileen era otro asunto, ella ni siquiera sabÃa de la obscuridad que habitaba cerca de ella. Sim
un castigo por medio de la señori
abÃa que ella no le responderÃa con esa tierna sonrisa. Se sintió decaÃdo y sus ojos azules empezaron a ponerse vid
rÃa a descripción de los empleados de la empresa. Se decÃa que sonreÃa p
igido, incluso Kenneth se sor
n poco más entrado en su papel frÃvolo. Ese que siempre acompañaba a una f
pequeña hija, que le diera esperanza o algún tipo de consuelo. Aunque debÃa esperar e
ó su nariz y l
onto posible al extranjero- dijo la
le dijo que hicieran los preparativos en el extr
y que pasaban a comer algo antes de irse a sus casas. Se decÃa que la cafeterÃa que estaba abierta al público era mejor que la cafeterÃa p
tomaba su taza de café con sus dos manos. -Pero tengo entendido que era el más cercano a d
pero aun asà estaba agradecido de que
e aclaró la gargant
dudoso, pues era claro que ellos no
la mirada y enco
o con un tono frÃo -¿o sÃ?- La comisura de un lado de su
n suspiró con ob
muchas personas estarán en su vida, incluso te presentas cuando quieres en
hija sentÃa que le pertenecÃa el poder de la empresa y no a su desobligado hermano que so
esponsable. Al menos sé un maldito adicto que se encarga de la empresa, asà puedes seguir manteniendo tus vicios- dijo molesto el jefe de la familia
s cejas y le mostró las pal
a Kenneth, instándolo. -
asà que no se resistió y ella también los siguió. -Madre, ya vuelvo- dijo y, caminó rápido para llegar a tiempo. A ella no le convenÃa que su herm
la mesa, recordaba el rostro de
muere su pequeña Eileen, pero también le afligÃa el s
d. También estaba el problemas con las demás cicatrices visibles, pero lo realmente grave era su daño cerebral. Ella no s
n su pecho y juntó sus cejas con tri
ba junto a Kenneth para reunirse con su p
o, escuchando lo que su interlocutor le decÃa, -Ajam, sÃ. Yo enviaré a Morgana, estamos dispuestos a comprar esa propiedad, asà qu
con molestia. Ella sabÃa que la persona con la que h
hubiera enamorado de él, pero nunca se imaginó que Sedrick fuera tan firme en decir un rotundo no. Aunque ella ya habÃa alardeado de su
ntos sociales o de caridad que él mismo patrocinaba. Siempre estaba en su mansión o en las empresas de las cuales era dueño. Y si se le veÃa salir tarde
y abuelo de él, pero en si alguna pareja sentimental ya sea hombre o m
no el señor Cearbahll,
habló
sigue como un ma
bación, sabÃa que habÃa alg
es tan valioso su tiempo qué no puede gastarlo en
eja ese asunto de lado- intervino Morgana, deteniendo p
xtranjero él se ofreció a ir en el helicóptero. Es un buen muchacho a pesar de que hemos tenido nuestras diferencias-. Los hermanos Gwyddyon se quedaron callados con molestia, pero sin rechistar a lo que decÃa su padre. -AsÃ
mar las riendas de mi futura empresa...- dijo K
octurna entraba la enfermera Luisa a trabajar;
pitaba para alcanzarla en el
David en broma. Y aunque Luisa sabÃa que alguien importante era la chica que habÃa recibido aquella no
gión lejana a esa, asà que no estaba tan familiarizada con los ap
rse del puesto que tenÃa al futuro que tendrÃa. -Aquà estoy, me ha tocado en la terapia.- Suspiró. Ella sabÃa que podrÃan asignarle a esa i
-¡Yo estaré en urgencias, t
un ademán con la mano,
bres de negro. Saludó por lo bajo y, los grandes homb
dores y se puso su traje
os pacientes me tocaran?- preguntó
llaje exagerado pero sin llegar a vulgar, con cabellos
sala 4- dijo la jefa y sigui
cejas y sonrÃo apr
ue ni siquiera la sa
a algo co
n era como un tipo privado para la gente de clase media. Aun asà tenÃa sus ventajas, ya que habÃa muchas habitaciones privadas e
dulo y tomó el expe
signos. Después se acercó a la sala y la vio; definitivamente la jefa anciana la odiaba. Le habÃa dado u
inconada en la obscuridad, se encontraba sentado con sus manos entre
a esa persona. -Las horas de visita han acabado, puede volver al área de nuevo mañan
ntir esa pesadez en ella, al parecer la estaba observando, y esto hacÃa que se sintie
e e hipnotizante, pero sin dejar de ser varonil y jovial. -Es lo má
abÃa sentido eso último a pesar de haberlo dic
a habÃa
escuchado. «Y por cierto, ¿quién habrá sido ese hombre...? ¿El hermano de la paciente, el novio? Defin
ddyon Bisset no habÃa podido trasladar a su hija al extranjero por la graved
cuchar sobre el horario de visitas. Aunque quiso dejar muy en claro que debÃan tratarla cuidadosamente, y eso al parecer
habÃa tenido un paro respiratorio, pero que afortunadamente la pudieron reanimar. Aunque eso no la sacaba
los apretó. Morgana cubrió su rostro con sus manos y se arrinconó. El s
ré en unas horas de aquÃ, si es necesario llevar
rvioso, buscó las palabras correcta
nte lo del paro respiratorio, si la trasladamos en ese estado ella...-
nas gritarÃa de furia
édico. Tal vez pueda convencerlo,
se dirigió con el medico y le pidió ir a un lugar más pri
pequeña sonrisa dibujada en su blanco r
ó un poco exasp
uatro médicos especialistas, y si quieres que vaya Sedrick solo avÃsale
por fin su hija según sus perspectivas tendr
*
da, la enfermera Luisa regresaba de tomar café, y la
ba a que tal vez el destino de esa joven terminarÃa ahÃ, en ese hospital. Aunque era a
Ãa dejado una nueva nota médica. Luisa la leyó y se sorprendió un
lgo habÃa de raro en esa nota, asà que buscó a la jefa y le preguntó si sabÃa dónde estaba el médico pues necesita
después irÃa a revisar unos formatos- la jefa l
hoja médica. La jefa la tomó de mala gana y la leyó, después levantó
ormas cualquier responsabilidad caerá sobre él en todo caso si es que está mal...- y v
Ãa que una firma en una institución médica valÃa mucho, y en todo caso ella se
el médico habÃa puest
desde las 3:30 hasta l
sala. Se le veÃa muy feliz, extrañamente feliz, pero Lui
raslado? Me parece que habÃan ca
el médico creÃa que la paciente estaba mejorando, tanto que podÃa ser trasladada?» se
o, señora. Pero probablemente una trabajadora soc
s- dijo
ando llegó esa mañana. El caso es que ya debÃ
y se fue a buscar a la jefa. -Jefa, aún no l
y, de pronto le habló ha
e, ahorita busco a la compañera que se quedará
o Betty y se f
ero la auxiliar Betty dijo que ella no sabÃa muy bien el rol de especialista
o!- gritó alguien, llamando a la enfermera que supuestamente debÃ
rminar de hablar y ya est
o estabas. No te preocupes- Betty parecÃa despreocupada, asà que Luisa aceptó y se
paciente Eileen Gwyddyon Bisset
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inua
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