Pasión prohibida: Entre hermanos.
camiseta para mostrarle el liguero donde todavía quedaban dos puñales más.- y ni siquiera me desarmaste del todo... m
presión en medio de sus piernas era insoportable, esa mujer lo po
eto, nada le gustab
propongo - mencionó Ethan, haciendo una contra llave que hizo que ella fuer
rnas entre las de ella, evitando con eso que
erna de la joven, sin prisa, dejándole sentir su tacto al hace
riendo sus curvas, aprisionado sus dos ma
do cómo los labios de ella temblaban, ansiosos también de anticipació
s, eres mi conejita, a par
porque aquello, lejos de asustarla o enfadarla, la ponía muy
o abandona lo suyo de la
abia, sobre todo al sentir como sus ojos ardían por esa confesión, acababa
a a besar, pero en lugar de eso mordió con fuerza su labio inferio
aún más, haciendo que le doliera más de lo imaginable,
ingenio para tomar con una sola de sus manos las dos muñec
medio de sus piernas
que correr una carrera más - por supuesto que era una verdad encubrien
os dedos en su intimidad, estaba necesitada d
aderas se mecieron para aumentar
star reflexionando, por qué volvió a besarlo a sabiendas de que podía volver a morderlo y no le importaba, porque
n su centro, introduciendo uno de sus dedos y notando de inme
o dice otra cosa mi bella conej
r su dedo y no respondió, consiguió liberar una mano de su agarre y la llev
a los de su amante, antes de apoderarse de su boca, en un beso furioso y n
rar por mucho tiempo, tras voltearla de espalda a
te rompa alguna - susurró en el oído de su amante, para luego dejar u
hermoso coñito era algo que hacía que dejara de ser dueño de sus actos. La forma en que parecía adaptarse a él e
perfiladas con firmeza y con la fuerza necesaria, haciendo que ella v
me compres. Los aceptaré, porque no te creas que acep
que los protegía del frío era la fina tela de la camiseta
as atenciones de su amante. Los gemidos roncos que él hacía al moverse, la fuerza y el deseo con el que la tomaba, con rudeza como si no p