La Esposa Abandonada
star?-preguntó la pelirroja a su lado.
o se veían de aquella manera? ¿Cuándo fue que ambos
a casado, porque sí, ella lo sabía, todos sabían de la deslumbrante boda que hubo entre la alia
jó, todo estaría bien para él. La tenía sometida, con miedo a revelarse ante él, era todo cuanto Robert quería, mantener bajo su yugo a Alice, que ente
s o alegría por su primogénito que acababa de nacer. Aquello no lograba emocionarlo, po
y sensual joven.-¿No piensas ir a ver a tu hijo y a tu esposa?-p
erraron, apret
s gemidos, sus piernas lo rodearon y aquella mujer y sus placeres lo hicieron olvidarse de cualquier cosa, se satisfacía en ella y perderse en su interior lograba hacerlo olvidar todo, tal como quería Dayana, pues pensaba que con sus juegos y lo bien que lo complacía, en algún mome
ras, sus encantos, dejando de l
s seguía con el mal sabor de saber que ella no disfrutaba en el sexo con él, que a lo mejor pensaba en ese otro hombre al que ella amaba, por eso, al dejarla encerrada, se aseguraba que ellos no se
gritos en el sexo, sus movimientos, la forma en la que ambos se tocaban, bor
su esposa, sin más atractivo que su cara, porque él no se deci
o había nacido prematuro y con una condición crítica, e
.
dijo la enfermera, poniéndolo so
as unidas, apenas se movía. Era muy pequeño y delgado, su piel muy blanca, aquella abundante cabellera rubia aplastada
or. Todo de ese bebé de
ijo no estaba bien y su condición era mucho más grave de lo que se creía
l rostro de Ethan y tuviera un recuerdo agradable con él, sentir su calor, que estuviera cerca d
ró al verlo, dándose cuenta que amaba a ese ser tan diminuto que estaba en su
ama
su frente, dejándole un beso allí. Besó sus manos y sus pequeños dedos, y aunque Alice lloraba, era de felicidad, porque ya no
, nada más le imp
ravillada ante la imagen de ver a su pequeña hija ya con
o su familia los dejó a solas, antes
del mundo. Cuidaré mucho de ti porque eres mi corazón, mi hijo hermoso. Tú eres el único dueño de mí. ¿Te gusta tu nombre? ¿Te gusta
unos minutos.-Tenemos que llevarnos al bebé. Ya tiene que mar
o, sin saber que aquella sería la última vez que lo vería con vida, la última vez que podría
ham Taylor falleció, bajo la mirada de la enfermera, viendo como al débil bebé se le iba la vida, sin que los in
lec
e aquella noticia, a pesar de que era uno
o, pero mucho no duró. Aquella d
ició su rostro tan tranquilo y en paz que no quiso despertarla para darle aquella
a luz, logrando ver el rostro mojado de su hermana mayor, causado por las lágrimas que der
hacía falta decir mucho más, no hacía falta pronunciar las palabras, bastaba
ecía y ya había comenzado a llorar, mientras el dolor de la pérdida la re
ice
Ahora!-al escuchar los gritos, sus padres acudieron a
ice se ensombreció‚ dañando todo de ella, marchitándola por
orar y no salió de ella una sola palabra más, solo se quedó allí, ob
a muerto su ser, su espíritu, todo de ella, dejando sol
ante la pérdida de su hijo que solo
se había esfumado. Aquel feliz momen