Anhelando tu amor
ción del hotel y se dispuso a colocarlas en su maleta, iba a adelantar su viaje a Grecia, había pensa
enviaría a uno de sus age
uchó sonar su celular, al
ciones con su empresa, ¿podría venir a mediodía para ultimar los det
do si enviar a su asistente o hac
er estar a esa
amó a su asistente para que estuviera listo al medi
cerrar el negocio con la gran Karen Romano, no quiso que lo acompañara a la p
lla era una mujer de hielo por su frialdad hacia el sexo masculino, e
estaba sola, pero esa historia que existía detrás de ella ningun
grado la licitación de negocios con Karen Romano, en pocas horas la tendría nuevamente
ios, una nueva llamada entró a su celular, era su madre quien siempre le de
udó él con ternura, amaba a esta muj
, extrañandote mucho, espero y hayas teni
nte mamá - dijo él - tu llamada me traerá la bendición que
e envía un abrazo y debes apartar un tiempo, pronto
tan cuatro meses, te aseguro que estaré allá con ustedes-
Sylvia - te mando un g
- dijo él, cerr
l asistente lo esperaba, pronto estuvieron a las puertas del gran edif
ducido al gran salón, unos minutos m
ecibirá en su oficina pr
, instantes después entraba en un lugar de hermosa decoración, un gran escritorio de fina caoba ad
a y al parecer estaba quejándose de un mal servicio, exigía con palabras fu
miraban sin demostrar lo que estaba sintiendo en ese momento, solo
raño recorrer su cuerpo, pero de inmediato volvió a la realidad, en especial porqu
ó y Karen habló unos segundos más y cerró la llamada,
ada urgente en el momento que aparté para atenderlo señor Aziz, ahora hablemos
ella como diseñadora de modas quería alcanzar para su empresa, después
recios señor Aziz- dijo el
ección, las mejores telas estarán a su disposición de su atelier, no soy un
chado de su reputación y hasta ahora no habíamos coincidido
anza señora Romano - d
lla - ¿Qué le parece si cerram
ero su rostro no lo denotaba, lo tomó de
conveniente, ¿no
visible reaccionó al momento como su hubiera par
nial
tonces!- ex
: «¿Que te sucede Karen Romano, te estás volviendo cursi o qué?» alejó todo pensamiento extraño, quizás e
mujer, muy poco se daba a almuerzos o cenas de negocios y menos con personas del sexo opuesto, quizás era una nueva estrategia
endirle pleitesía, éste al parecer en ese momento ni siquiera la miraba con interés, aunque le había coqueteado la tarde anterior, ese día se mostraba indi