Recházame
EN
, claro que, si también le sumáramos el hecho de que en mis venas corren polvos de hadas ig
e –me regaña Antón–. Mejor vam
jar mi mente cuando siento
–pregunto girando mi rostr
tras sus uñas siguen recorriendo mi brazo, el c
s y una mezcla
l ceño–. ¿Por qué mierd
se encoge de hombros e i
ando su muñeca con fuerza–
agarre y comienza a acariciar su muñeca–. ¿Cómo t
acarician su piel, quizás ocupe
do como si nada vie
ibre al ver su estado. Incluso creería que esta peor que yo, sobre todo porque esta bailan
arme a mí? –la voz de la r
r su cuerpo, observando sus tetas que rebosan por el ajustado vestido que esta usando, claramente una talla menos de la
ncerme, pero termino chasqueando la lengua cua
ta al guardia que ahora tien
ente grita sobre la mú
mi rostro nuevamente hacia ella dejándolo caer contra el respa
con mi amiga la semana pasada y yo soy mu
antes de verl
da –habl
erme de pie, pero su man
EJES HABL
tro tendré que prácticamente se encogió en su lugar. Y la típi
gruñí con los dientes apretados
ó de ella y sus ojos se
señala con un
lvos ya desaparecieron como siempre sucede cuando mi magia sa
ntre todos hasta llegar a la entrada del lugar, salgo entrecerrando mis ojos
ástico de Antón me devuelve a la
quejas si tu de
si tu cuerpo falla
s ojos caminando lejos del antro y comenzando a dirigi
estará de
suele desperta
–se alegra–. Ade
legar a la mansión si no tendré que soportar el sermón de Isabella y la mir
Isabella es mamá, encontró a su mate, ahora tiene
me sentía solo en la manada de Fabian hasta que ella apareció. Si bueno, tuvimos nue
n otro hombre. Y la opción de sedarse no entraba a jugar por
enino, quizás mi pasado me ha jodido más de lo que pienso, pero con ella nunca tuve problema
ya no se si aquí ha
ente a mí, subo las escaleras con las manos en los bol
eos de Aurora que provienen del salón. Rasco mi cuello ante un
ludo hacién
solo me concentro en la pequeña pelirroja que se encuentra sobre las piernas de su p
Isa hace que la
cién nota que alguien más entro en su espacio porque cuando llego a
chillido aún más fuerte que los anteriores. Revota sobre las piernas de su pa
o cuerpo, la gira colocándola de pie sobre sus piernas con su ayuda logrando que me de espalda y mi cuerpo
ual rápidamente lleva sus pequeñas manos hacia el pelo
su mujer inclinándose para dej
sonríe la pe
endo sus movimientos y antes de que desaparezca por la esquina los p
e a la realidad–. Seis meses... pareciera q
o asiento al darme cuenta de que
mucho tiempo–re
uevo con tocino y un par de tostadas. Le doy una sonrisa d
feliz B
contrándome con esos verdes q
me pregu
con dificultad, ella siempre pudo leerme bien–. Sé que te has adaptado a esta vida solo por
–niego tra
nca lo hemos hecho
a el respaldo de la silla y
opósito aquí –chaqueo la lengua–
s de que rosita vuelva a entrar con un recipient
ita –le sonr
me inclino
ué
las con
a mueca
nsado planteártelo –come una frutilla rebosante en crema y su
s logrando que mi cabeza se gire inmediatamente en dirección a ellos y mi corazón pegue un diminuto brinc
cia el rubio avanzando con su
so a
s, así que iré a compro
ecipiente de frutas y lo corre haciendo e
susurra con un
, pero aun así las pal
a el rubio corriendo mi
on asombro lo sé
el rubio acercándo
lve a chillar esti
riste que le dio a su fruta–menciono ganándome una mirada
o los ojos–. Solo la has tomado una vez y fue cuand
sar de que a veces quería hacerlo, nunca volví a pedírse
o los brazos para recibirla de los brazos de su
uedan de pie sobre mis muslos y me encargo de afirmarla b
blemente antes de almuerzo–escucho dista
to ya que su atención esta en mí. Mi espalda esta recostada sobre el respaldo de
pide, pero al igual que Aurora
su piel contra la mía, pero para mi sorpresa, no me incomoda. Se siente tan suave y calientita q
–Isa le habla, pero al igual que
, la bebé mueve sus manos de mi cara a mi cabello y comi
o solo dime
a y solo detallando el pequeño
acia la mesa, para dejarla sentada sobre ella afirmando su espalda con mis manos encerrándola prácticamente con mis bra
vamente sonriéndole a la bebé frente a mi cuando r
ndo con seriedad antes de comenzar a reír y rebotar sobre su lugar aplaudiendo–. Mira, le gustó tu risa –dice la pelirroja y mi ceño se frunce al escucharla decir aquello–. Bueno, respecto a lo otro, tenía pensado crear una
oto por qué. Ya que entre sus manos tiene mi collar, uno que mi madre cuando era pequeño me obsequió y que jam
pregunto y sonrió cuando Auror
tarle mi collar, pero aurora reclama y lo aleja de ella lograndante el disgusto de Aurora y pued
ierro más mis brazos en torno a la beb
he–. Pero sé que ignorará y tú se colocaras de su lado así que me rindo–rueda los ojos y
omentos con asombro, ya q
ens
aestro, porque conmigo lo fuiste y así también te mantienes ocupado. Quizás sea egoísta de mi parte, pero así no querrás
blan a ella y comienza a balbucear y aplaudir aun c
s pequeños, pero intentos ojos azules me ven, en sus manitas estirándose para tocar mis mejillas, l
ás a fin de cuenta si sigue habiendo algo aquí para mí y es
partar la vista de su hija, que co
de Isa me hace asentir–. Genial
os a Aurora y acomodarla sobre mi pecho al ver
star lleno de baba y acaricia su cabeza cuando la dejo apoyada contra mi hombro–. Debe haber sido donde chupo tan
o su cuerpeci
chones rojos e inhalo su delicioso aroma
todos mis sentidos se encuentran centrados en una sola cosa y es la pequeña personita so
vamente esa calidez y calma que sentí cuando la tení
pero definitivamente no la quiero perder y mucho menos perderme el v
cuela de magia no es tan