Mi amor de cuentos
o me inspeccionó de arriba abajo y salió del baño con
anda impregnado en el aire me provocaba náuseas, aún pe
a noche. Tenía altas expectativas en relación a la fiesta, pensaba en encontrarme con viejos amigos de mi padre, y probar un trabajo con uno
embargo, la reacción con Selina, fue un balde de agua fría sobre mi cabeza. Siempre conseguía l
y miré el techo obstinadamente blanco. Mi habitación era lo único de mi an
a que fueron mis días. Ahí es donde me escondí, el único lugar en el mundo
mi reclusión pacífica, me sorprendí cavilando sobre alguna truculen
, en cualquier momento, tocaría a mi puerta con alguna artimaña inverosímil para impedir que fuera a la Eve
llamó a través de la puerta. Arrastrando mis pies descalzos por el suelo helado, debido
cadas en las caderas, y un tacón muy fino de
ir sobre la historia
regunté, fingiendo
noche? Porque si esa es tu intención,
r la joyería de Drumond. - Aunque traté de disimular
ón que sentía en ese momento, Enya nunca amó a papá, ni nada relacionado con él. Se casó solo por el dinero y el estatus que le traería la unión, siem
gunté, sintiendo m
que llegaron de la fábrica hoy, son demasiadas, así que
e? ¿No es es
sfriado, pobrecita. -El "pobrecita" lo pronunció
e la perra. Sabía que el hecho de que no pudiera ir a la fiesta no tenía n
, lo aplastaron. Era costumbre hacer eso, la más pequeña de las sonrisas proyectadas por
re puso en nuestras vidas, desconociendo su verdadero carácter. No sabía por qué Enya y Selina me odiaban
er para siempre de la vida de mis torturadores. Sin embargo, esta teoría no podía
más de dos años. Cuando cumplí los cinco años comencé a asistir al mejor colegio de niñas de la ciudad, luego de la muerte de mi padre, a lo
n una adolescente que acababa de perder abruptamente a su padre y estaba a punt
altruista, la había visto practicar la bondad en muchas ocasiones. Entonces, dado que siempre obtuve las mejores calificaciones
ara ayudarme. A las pocas semanas, llegó la noticia de que mi permanencia en la instituci
ni siquiera pregunté a qué santo debía agradecer. Porq