Su media naranja
ara miembros de la clase alta, se dirigieron hacia allí a toda prisa. Como Irene no iba vestida de gala, la confundieron con una camarera y, sin siquiera i
hacia donde se encontraba Lily y vio la marca
eguntó sorprendido
ta. Sin embargo, como sabía que no podía ocultarle la verdad ahora qu
razón aparente, cuando nos vio a Freya y a mí, nos lanzó jugo. Freya no se lo aguantó y le
guida se puso a mirar a su alrededor, pero no vio a Irene po
orque le ardían los ojos por la salsa picante que le echó encima. Te dig
ervaba a Lily secándose las lágrimas de aquel rostro lamentabl
nde
on los guardia
udó a Lily, que estaba hecha u
dan no me va a dejar en paz». Era un playboy con mal carácter que se ensañaba con ella porque Nathan lo había obligado a aceptarla como su asistente personal. Por eso ella no le caía bien y le encomendaba los trabajos más difíciles. Ahora, después de aquella escena
edaba de vida. Sin embargo, en su primer día de regreso a San Fetillo, sus caminos volvieron a cruzarse. Ella estaba toda desarreglada y él, altanero y sin soltar la cintura de Lily, la miraba con desdén, como si fuera un rey. «¿Habrá venido a reprenderme por
n las pupilas al ver que Irene lo miraba con fría indife
Además, me exige una disculpa a mí, que no he hecho nada malo. No lo haré de ninguna manera». La
me has oído? Disc
Sr. Myers, ¿se cree rey para venir a da
rediste a otros sin razón. A Freya ya la llevaron al hos
que no lo hacía por Freya, sino por Lily. Sin la m
er lo que quisiera, así que voy a esperar para ver
có Edric sofocado e incómodo por la respuesta de Irene en aquel tono gélido e indiferen
ió el guardi
to de manera imparcial! ¡Ya veremos si eres t