En los brazos de Marcello
a Ei
s en el ámbito político, y mi estómago se revuelve mientras mi corazón se llena de dolor y aflicción. No puedo dejar de pensar en todas las implicaciones que esto conlleva. Imagino la escen
más, era él. Deduje que era el líder de la banda por su actitud y presencia imponente. S
que implicaba hasta hoy. La política es un terreno sucio, y soy consciente de e
me encontraba parecía ser una sala de estar, ya que estaba decorada con grandes sofás y cortinas de seda cubriendo las ventanas. Estantes y libre
n en cuenta que si intentas golpearme, escapar o hacerme algún daño, estarás perdida. ¿Lo en
ue asentir. N
beró mis manos. De inmediato, froté mis dedos en mis muñecas, aliviando el dolor y las
bíamos hecho antes. Tenía un rostro que, a pesar de su barba espesa, se veía limpio. Su cabello negro y liso estaba
ba a mi alrededor y estuve a punto de caer al suelo. La dr
ayera. Me sujetó mientras mi cabeza seguía gi
ucho tiempo sentada que el efecto todav
as- mencioné, sintiendo u
tuvo el desca
portara- negué
s, es un consejo-
al sentir que mi cabeza se estabilizaba y al darme cuenta de que estaba rozando con él, mi sistema nervioso volvi
uedaba por debajo de su barbilla, y él tenía que inclinar
ño está detrás de esa puerta. Esperaré aquí. Tómate tu tiempo- me informó. No sabía qué tip
suplico que me dejes en libertad- comencé a sentir un nudo en
quieres tocar el tema nuevam
mpulsó a empujarlo con todas mis fuerzas. Intenté golpearlo, pero
ra me empujó contra la pared. Su aliento sopló sobre mi cabello
rque me vas a enfadar, y segundo, porque solo per
mí, y las cosas se harán cuando yo quiera y como yo quiera. De lo co
metas. ¡Te lo prohíbo!
o escrúpulos- apretó mi cuerpo aún más contra la
to- susurré. No
, ni yo tampoco- res
e soltó finalmente y se dio la vuelta, toman
utos- advirtió c
a mi tiempo?- pre
do te portas mal- me
me al baño colocándol
rimas comenzaron a correr por mi rostro. Estaba dest
illo que has puesto en la puer
en vida junto a ese hombre. E