Promesa Oriental
r contra el deseo de correr y arrojarse a sus brazos para asegurarle que estaba feliz de verle nuevamente, y que al fin, después de tantos años, su corazón volvía a estar completo. Shemir, su a
, gracias Alá!- dijo en voz alta y con
gresado. Naiara y Haimir, estaban rebosantes de felicidad su único hijo; Shemir, había vuelto trayendo a sus padres una inmensa alegría, para ella, la alegría n
, sus padres estaban muy agradecidos de que los Jeques hubiesen sido tan bondadosos otorgándole a su hijo la oportunidad de estudiar en el extranjero mientras ellos cubrían los gastos. Aunque el jóven Shemir consiguió un empleo de medio tiempo y luego unas pasantías paga
os sobre ella, más de un minuto. Shemir, estaba feliz, en un prestigioso consultorio inglés le habían otorgado un puesto dentro de su gremio jurídico, pero de momento estaba de vacaciones
egada Zabdiel había ordenado un banquete para el almuerzo y Naiara, Haimir
ran cele
or que cubría las mejillas de Zashirah y sonrió con ternura, pero, a la vez observó tam
prob
a feliz de poder servir en Palacio, que amaba su tierra y sus raíces, y que no podía soportar la idea de alejarse de los suyos, de
ni lograba dormir preparándome para las clases del día siguiente- decía Shemi
osos de ti- dijo un
e brindó y espero en estas vacaciones poder colaborar al Reino, servir de apoyo en el área jurídica y p
o- dijo sonr
n apoyo a la corona, estamos orgullosos de ti y felices de tenert
í y ver que ahora es usted quien rige el país,
gracias,
er que es usted nuestra Reina- miró con admiraci
iempre debí estar- tomó una mano de Nael, por encima de la mesa y lo
y quién será el próximo en cas
se atraganta con el vino, y Zabdiel miró con ceño fruncido a Madre y luego luego la hija- Oh querido
dicho yo- aseg
sa risa de Zahir, se esfumó y puso muy mala cara, mirándo ceñudo a s
después de cumplir l
apito?- pregunto Zahiry, r
harás.- neg
seguró, en tono de
guró el padre con la mism
tía muy nerviosa e intimidada por la presencia y los gestos tranquilos de Shemir, y la
legado pretendientes a Palac
a sonriente- Isabdiella, está
me pronto, madre- intervino la aludid
ntó Haimir- ¿has dejado a
las pasantías era poco el tiempo libre, salí con alguna que otra jovencita, pero nada serio. -
idado de la promesa que le había hecho?, ¿C
dijo Zashirah, mirándolo directamente a los o
ientes tierras de Norusakistan- ambas jovencitas s
lá no me tenga esa sorpresa. En algunos meses debo march
ía, se habían hecho una promesa, él debía suponer que lo seguiría, no dejaría qu
café con galletas, todo era alegría en el exterior, pero en el corazón