Promesa Oriental
peta con los documentos sobre la mesa de noche, se sentó en la cama, se inclinó h
si ella le hubiese olvidado, de aquella manera solo tendría que batallar con sus fa
princesa, él, el hijo de dos servidores de Palacio, evidentemente había un enorme abismo entre ambos, un abismo que no notó en su niñez, tampoco en su adolescencia cuando había prometido que se casarían, un abismo que no fue presente
nuevamente en su país, de conversar con su padre y abrazar a su madre, había esperado que con un p
imientos que por años se ocupó de sepultar. Zash, su dulce Zash, seguía siendo tan hermosa, tan noble, con esos
umpliría sus promesas, tal y como años atrás, volvía a amenazarlo.
atormentaba. El anillo, ella conservaba el anillo. . . Cerró los ojos, dejándose caer en la cama, la suavidad de la misma recibió su peso,
car algo de tiempo a su técnica de pintura sobre el lienzo, a pesar de su corta
en el peor de los casos, ocasionar un accidente- Haimir levantó la vista hacia los guard
ses- le dijo con una enorme sonrisa- P
jo mío, ¿Q
mesa, pero una muy sería, una que espero cumplir cuándo
n su espalda, motivándolo a caminar con él- prometer, es dar tu palabra, y la palabra de un hombre debe tener peso, es todo lo que tienes, tod
no para no olvidarla?- el niño
el símbolo de esa promesa debe ser tan grande e importante como la promesa misma- e
padre- respon
ora bien, ¿Me dirás que p
a decirlo?- par
ada como eso, hijo mío-
ias,
u madre había dicho que iría al pueblo en busca de alguna túnica, él pidió acompañarla para hacer una compra, la
ea bonita, es para sellar un promesa- el h
e anillo busc
mis ahorros de mucho tiempo, espero pueda darme algo significativo- el hombre tomó la bolsa y sonrió, aquel parecía un jov
contaré esto y te daré lo
o de un trozo de tela suave que extendió en la palma de su mano, ante él- Shemir, s
que estoy seguro de que "ella" quedará prendada en cuanto vea la pieza- sonrió,
n sentarse a comer postres, Shemir se maravillaba de que la reina colocara tanto empeño en crear y conservar aquel jardín en un lugar tan caluroso, pero cuando una planta moría, ella traía
mir?- preguntó con dulzura la ru
que. . .te he
sus ojos brill
e su bolsillo- yo t
te quiero- s
onunciando lentamente aquellas palabras y mirándola fija
os niños, no p
mayores- asintió con la cabeza- yo sé que te
volvió a reir- yo te quiero mucho y sé que serás un buen esposo.- el niño sonrió y
orque tu tienes muchas, además de coronas, pero lo he comprado c
avergonzada- esos ahorros era
, deslizando con cuidado los dedos sobre ella- con este anillo quiero se
esposa- sonrió ampliamen
serás mi esposa Zash, y
dado colocó la prenda en su cuello, ella la acarició y luego se giró hacia él- es preciosa Shemir, me ha encantado, prometo que la llevaré siempre y q
tó nuevamente en la cama, recordar el pasado lo perturbaba, le pertu
ente extrajo la prenda dentro de él, observó atentamente la preciosa pulsera de oro, con un delicado rubí al centro, y dos pequeñas esmeraldas de cada lado, era una pieza única, preciosa y había sido el presente con el que ella había retribuido su gesto y sellado su prom