Mi querida y mis gemelos, quédate conmigo
años d
er aeropue
je. Bajo las gafas de sol del color del té tenía los labios bien cerrados y su rostro reflejaba indiferen
bienvenida. Tomó la maleta del hombre y le preguntó con cautela: "Señor Bruce,
ono serio, el cual indicaba que estaba enfadado. Al escu
ían que él era la persona más
blarle en voz alta al señorito, lo cual d
emba
un contrato importante. Así que tenía miedo de que se molestara si lo llamaba
tuvo, se quitó las gafas d
, y poco a poco el am
o, sus piernas se debilit
ba, su mirada se volvía más profu
ras por mí? ¿Ah?" La voz de
. Lo lamen
y se preparó para afrontar
chocolate atravesó la multitud y s
e, Bruce frunció el ceño. Entonce
se es mi c
una voz suave, una niñ
ueña. Aunque Bruce se pusiera en cuclillas,
lantes y hermosos. Su mirad
, su corazón empezó a latir más ráp
que veía a esa niña, pero ¿por qué l
se conocie
mano hacia Bruce. "Señor, si le apetece comer chocolate, lo puede
sus suaves palabras
marca?" Bruce se puso en cuclil
Q
unto a él se sorprendió p
os, salvo a su hijo? ¿Por qué se puso en cuclillas y le habló a la niña
cre
eñando sus dientes blancos, con un aspecto muy tie