Noche purpura
erdad quiere eso? –
ió Len- ¿por q
haga usted –dijo el chofer- ¿por qué no envía a uno de los
ra haz la llamada y termin
señorita Lenay usará la azotea del edificio, asegúrate de reportarlo para que no la molesten ¿de a
- Abre el ba
ta. –contes
desprendiéndose de su oscuridad lentamente. Sacó la maleta negra del baúl y se
ñorita Lenay –s
udó Len- ¿ya va a
stó el oficial- En unos m
la azotea y que nadie me moleste ¿entiendes? –c
ta. –asinti
s bien –sonrió Len
ue resaltaban aun con la oscuridad que había, apenas lo
ensión de cielo y un aire frío que sacudió su cabello. Después de internarse en el lugar, bajó la maleta negra y se acuclillo para sacar lo que había
ugar en el cielo, entonces Len se preparó con la mira fija e
... –pensó Len- tie
se detuvo para atar las cintas de su calzado; ella apuntó el arma justo en su dirección y pos
ió hasta desaparecer detrás de una casa- esto es una broma –dejó salir aire- ¡¿te crees mejor que yo, mesero?! –cuestionó con molestia y se puso de pie para caminar por la azotea- no te creas muy importante solo porque no pude disparar, simplemente decidí no hacerlo y esa persona se atravesó –se detuvo un momento
rla –saludaron los oficiales
en y caminó a paso furio
tionó el chofer, que estaba apoy
- vámonos –ordenó después de cerrar el
o y lo puso en marcha en
o a la universidad, señ
en –cont
ros atrás de la universidad y desde el interior
enay –llamó
bservó al cho
el cubo verde –dijo el chofer- el equipo de búsqued
n no se han metido en mi camino, para estas alturas ya deberían haberlo hecho...-dejó salir aire- le
hacen? –cuest
ería muy interesante ver algo así, pero si no lo hacen, entonces enviaré a
sa más...-di
, definitivamente
an de blanco –a
sta inmediatament
e están planeando algo y puede que..
cubo –com
ofer a
a- y si los ven cerca, entonces enviaremos a un equipo de monitoreo. Quiero que todos los hombres entrenen el doble, que l
ta –asintió
en "Roca negra"
ien –contestó el chof
ntrar –dijo percatándose de como abrían las puerta
, Lenay –con
clase y dejó su bolso sobre su asiento, luego subió a la azotea. Casi una hora después, Luc
mo- bueno, tal vez vaya a la biblioteca o, a la cafet
sus ojos observaban mucho más el asiento de Lenay que a su profesor; quizá había sido un poco fantasioso esperar que después de lo que había sucedido, ella lo estuviera esperando para hablar...pero eso ya no importaba, él había pensado en su actuar, y se había dado cuenta de cuanto le gustaba Lenay. No había una fecha exacta que Lu
tipo de hombre que retrocedía por cuestiones como la amistad, ya no le interesaba que Lenay fuera su amiga, la con
donde estaban los jugos de frutos rojos que le gustaban, pero no logró verla. La hora de salir llegó y a pesar del intento de Lucas por verla, un pro
ty mientras lo lla
tamente- Nada nuevo –se limitó a d
ecir, sí te vimos...pero no te sentaste a comer –l
entras caminaba cada vez más
y respiró profundo ant
dirigió su mirada
fiesta dentro de dos días y...digo, tal vez podríamo
iestas –Lucas intentó retomar su c
ento, estamos invitados porque nos hemos sentado en la mesa de Len. Seguro será divertido y, no tienes que preocuparte
ra un evento así, tal vez podría encontra
é dices? –cue
hora, ya me tengo que ir –di
a y una vez que Lucas salió de su vista, c
icio
era real, estas porciones
oscuras definidas; nariz y labios delgados, estos últimos en un tono rosado suave. Es un galán que disfrut
n a poner doble entrenamiento –dijo A
sas. Un adulto joven sonriente y amable que disfruta aprender sobre las flores, las aves y básicamente, todo lo que pue
mana –dijo Nil sentándose en u
jos grises; labios rojizos y un corte en la frente. Su expresión es intimidante y seria, la mayor parte del tiempo, su musculatura
lear –dijo Aniel sentán
en las orejas y guantes negros. Él se quedó con su madre cuando sus padres se divorciaron y al morir ella, le dejó una gran cantidad de dinero y varias propiedades. Él que
do esta vez –dijo Biel sentándose fr
y labios rojos. Físicamente tiene la misma musculatura que su hermano, Aniel. Acostumbra a utilizar cadenas plateadas en su cuello y anillos gruesos
ás policías
o Biel de meditar un momento- ellos no
ntió- pien
e ser del nivel del o
fuerte. Incluso nos quitaron los fi
o este fin de sema
l taller? –cues
el
egalo –dijo Aniel con
ó Daniel con sorpresa- ya tienes ca
ombros- si tu puedes coleccionar números de teléfono
e –coment
sión mientras observaba
niéndose de pie- ya es momento de termin
terminarla. Los muchachos se levantaron y pasaron entregando sus ban
ande a otra misió
ema de tortura? –cuestion
dito. Queremos ver la nuev
una mala mi
eto? Me disculp
ra cada ocasión. Abrieron sus armarios y cambiaron su ropa por e
ó Alejandro al observar el vacío en su pequeñ
ió el comand
cuando estábamos en la p
- por lo que pa
ó- gracias por g
lia en color azul y blanco que tenía grandes colchonetas negras en el centro; en el centro del techo había un tipo de
respondientes, pero antes de empezar a estirar, se percataron de la presencia
stionó Alejandro en
ron? –cuest
r a los niños al trabajo
cio restringido
jo que nos quedáramos aquí –dijo la voce
a cicatriz? –cu
dijo Aniel con lo
ión- el hombre de la cicatriz les dijo que se queda
co hombres al mismo tie
s jovencitos –anunció Gael al mism
o nivel en el que ellos estaban. Las tres figuras se acercaron a las colchonetas negras; des
rante la introducción –observó su reloj- tengo unos treinta minutos, así que, denles una
estaron los cinc
cinco se unieron y para cubrirse unos a otros de los objetos que se movían velozmente en el lugar; el color cambió a amarillo, los objetos ahora eran más grandes y atacaban directamente a cada uno de los hombres en la colchoneta negra; el color volvió a cambiar a uno anaranjado
te, volvió a ser blanca como en el inicio. Una vez que la habitación había vuelto a su albo iluminado, los cinco se dirigieron a los mi
ia con una mesa blanca brillante en el centro y varias sillas- siéntense y esperen. En un momen
e fue observar el jardín que estaba al otro lado de una de las paredes, dicha pared era transparente, por lo que tenían u
ndro con una sonris
n la mesa, todos acomodando sus respectivos trajes. Daniel acomodaba el cuello de su camisa; Aniel y Biel arreglaban su joyería; Nil cruzó lo
man? –cuestio
ó el mayor tratando d
tó el menor apretando sus
tienen? –cu
nueve –con
stó Julen con
Julen con una sonrisita- todo estará bien, yo
lorosa debajo de la mesa y empuñándola la unió
lejandro poniéndose de pie- ¡B