SEDUCIDA *Consumida por el deseo*
as mañanas, se dispuso a alistarse para ir al t
a la escuela, Gil
ió Miguel- vamos a la misma es
olar?- preguntó Gilli
engo una evaluación muy difícil de mate y Loren,
purémonos y saldremos juntos, los dej
para volver su a
Gilliam- madre me asegura que vendr
nriendo- solo son recaída
r por esas cosas. Quisiera tener
soro, estará bien
la puerta cuando el celular timbró, se apresuró a buscarlo en el bolso. Cu
Warren- r
causó un escalofrío inmediato. Cerró
or Be
ecir- le llamo porque l
viosa- tengo algunas cosas
su tono era frío- la necesitaré
a- pidió- debo llevar m
cto- dijo- no se tarde de
uno de mis fuerte
para evitar equivocaciones. Treinta minutos- le recordó y cortó antes de que ella
iendo el ridículo frente a él- se a
ía dado. Se estacionó frente a un enorme edificio, imponente y elegante. Entregó sus llaves al hermoso chico en la puerta para
ía- la
rita, busco al
ene
lioteca central, me llamó hace unos veinte mi
al piso veinte, allí están las oficinas princip
más, y es que odiaba profundamente el efecto que aquel hombre tenía en ella, ni siquiera John lograba alterarla tan
ió la ascensorista-
ran muy amables. Caminó hasta la recepción,
busco al se
bre, po
iam W
rren, el señor Bentzell, efectivamente la está esperan
el acceso. Cuando entró, de inmediato esos ojos estuvieron fijos
ró y tomó asiento en la silla que él le indicaba- debo decir que
ad- se encogió de hombr
emos que otras cosas tenemos e
a extrajo la agenda y un lapicero, lo colocó sobre
organizada y serena, sin embargo un leve temblor en sus manos delata
espingona. Era hermosa, perfectamente hermosa. Daria la mitad de su fortuna, por poder saltar sobre ella, arrojar todo lo que estaba sobre el escritorio, al suelo, subirla y tomarla con la pasión que despertaba en su ser, hu
rmine el evento con los autores y editoriales, tendrá que venir aquí
os lo
e, como dije, usted trabajara conmigo directamente hasta que termine el evento, no es necesario que vuelva a la biblioteca mientras esté baj
conteniend
es que en algunas ocasio
arle esa orden?, ¿no sabía cómo pedir una cita, que sonara de forma decente y no como un dic
ará conmigo cuando
sted puede disponer de mi tiempo en horario de of
día de ayer, que no ten
ue las horas de la cen
actividades, suelo reunirme con representantes de las editoriales, en algunos casos con aut
dad, no supo si de alivio o decepción de s
qué días serán, tengo obligaciones qué atender. Solo q
elefónicos, son personas implicadas en el evento, llámesle y concrete una cita para mañana a las diez de la mañana,
do, señor
an, y con Andrew Castell, autor del libro Estrategias, usted me acompañ
rfe
nteme desde su perspectiva,
ara comenzar a recibir el material con el cual trabajaremos, los estantes disponibles para ser ocupados, la gran sala de la biblioteca será el ce
ajo una carpeta que le tendió- allí está el
no temblaran, lo dejó sobre su agenda.-¿te
é un momento, tengo un asunto que atender y vuelv
acue
stro de Gilliam, se encendió a lo sumo. Su corazón se agitó y un fuerte calor se a
dije, no tengo
nrió-yo solo le ofre
, es una ayuda
nto y caminó hasta ella. Gilliam, quiso levantarse y salir corriendo de aquel lugar. ¡Cobarde! Se reprendió, per
miró completam
do en una situación como aquella. Aquel imponente hombre llegó junto a ella y la miró desde la ventaja de su posición, extendió una man
al derecho del cuello, tuvo que contraer los labios para contener un suspiro, además de
palpitaba descontroladamente. Aquella atrevida mano se deslizó d
Gilliam, lo más fir
- pero ya habrá tiempo, señorita Warren, por ahora tengo asuntos que atender- le tomó del mentón y la obligó a mirarlo con aquellos enormes ojos esmeralda- ya comprobaré qué tan dulce es esa adorable boca- la solt