Terrores en Las Sombras de Montevideo
zaba una mansión envuelta en un manto de misterio. Las ventanas rotas y las enredaderas que s
strarlos a la oscuridad eterna. Se decía que la mansión estaba encantada por los
de la mansión. Armada con su linterna y su coraje, cruzó la puerta crujiente. La mansión pare
o se mezclaba con voces apagadas que apenas alcanzaban a ser escuchadas. La luz de su
elancolía. Al mirarlo, vio reflejos distorsionados de una familia que alguna vez rió y amó entre esas
es se intensificaron, gritos lejanos resonaban en las paredes. El espejo vibraba como si las almas a
una trampa diabólica. Las sombras cobraron forma, moviéndose en la periferia de su visión
ar en par. Carla salió temblando, con el eco de las voces aún retumbando e
ón, como una sombra acechante, guardaba los secretos de aquellos q