El abogado y la doctora
no auspiciaba nada bueno. Levantaba el puño mientras ella intentaba cubrirse con sus manos. Su metr
otra escena ya vivida. Otro hombre que nos había lastimado a las dos. Empecé a respirar con dificultad. No podía ir allí en este momento. Mica me ne
scupía saliva con hedor a whisky- dígale que me dev
r. Conociéndola a Mica, le quitó las llaves para que no escapara antes que llegaran los oficiales. A lo lejos el sonido de la ambulancia y
perras- dijo mirando con od
a ser un león pero en su abultado abdomen podría haber sido un elefante tranquilamente. Su aspecto grotesco era casi caricaturesco. Sus pupilas di
compañante misterioso se interpuso entre nosotros irguiéndose en una pose protectora. Tenían más o menos la misma altura.
que se había interpuesto ayudándonos. Era tan grande, ancha, tan perfecta como su part
o podía dejar de mirar el trasero enfundado en unos pantalones negros de diseño que se ajus
ntó levantando sus ce
ramédicos. Mica se acercó a los oficiales explicando el choque mientras el borrach
e mi mente pero necesitaba ese contacto. Sentía cosquillas en los dedos. Era una situ
stirando mi mano hacia su nuca dond
tacto fue literalmente electrizante. Su piel era más suave de lo que creía, el perfume que usaba era afrodisiaco o a lo mejor eran mis hormonas
ivo alejándose de mi
a avergonzarme de mi comportamiento. Estaba acosando al pobre hombre. Asentí con la cabe
a vos te toca revisar dos bombones exóticos... que injusta la vida- gritaba bromeando h
hallaba dentro de la ambulancia pero su mirada fija en nosotras. Al lado su com
as cosas y dedicarle unas últimas palabras al pobre auto cuya vida útil terminó aquí- dijo sole
bre coche- interrumpí sin mucha credibilidad
preguntó mientras miraba el celular. Sacudí
ije pateando un neumático- Llama al Dr. Ricks y dile que estaremos
eñalando al acompañante misterioso que me miraba acercándose- voy a hacer las llama
ombre que sabía que era hermoso y que además llamaba la atención. Se paró fre
del seguro- dijo tranquilamente mientras me
n las cosas que pasaron...yo...- hice silencio pensando en que parecía una tonta tartamudeando. Di vuelta, abrí l
ra la apertura. Ya están impresos los programas con t
ya deben estar en Londres... que nos mande un auto
probable que lleguemos a Londres a tiem
r dar inicios en unas pocas horas. Era la primera vez que una mujer daría la conferencia de apertura mos
cenas de niños. Necesitábamos personas que financiaran la continuidad de nuestro proyecto. Y ahora por culpa de un borracho, estábamos por perder una gran oportuni
decir cuando mi hermoso desconoc
a voz suave y ronca que era casi hipnótica- vamos hacia
últimas palabras sonaban a acusación. Sentí el calor subir por mi piel pero esta vez era enojo. No entendía porque estaba tan enojada. Quizás
dura de lo que quería- pero no será n
ero inmediatamente hizo s
tros vamos hacia Londres- insistió levantando las cej
do la última palabra, haciéndole v
errumpiéndome y dándose vuel
urré- Mica comu
pero no contesta
n pareja. La vergüenza invadió mi cuerpo al pensar en el papel de tonta que hice si era verdad. Pude notar que estaban discutiendo. El moreno h
tendido- susurró con una tímida s
isa mientras veía a Mica abrir y cerrar la boca- rec
on mucho interés y mi compañera tampoco disimulaba el suyo. Entonces parecería s
Dra. Kross, Micaela Kross- dije
- susurró- soy
te mío- contestó Mica r
a su destino- dijo tomando mi mano acariciándo
énfasis en la última palabra, aún con rencor viéndolo negar con la cabeza en el lugar mient
así- murmuró-
l maleducado de su amigo- déjala
se dio cuenta que fuimos embestidas al i
umpió Anonn intentando salvar
irada venenosa- terminemos de acomodar nuestras cosa
spondí sin mirarlo- un gusto conocerte An
n otras circunstancias- escuché decir a Mica mie
erida de algún modo, había cuidado a su amigo, lo mínimo que podía hacer era ser ama
s a algún pueblo cercano para tomar un micro, uber, lo que sea para llegar a Londres. Le expliqué nuestra situa
ntenerse en forma. Su dura mirada color café, sus pómulos marcados, las canas en su cabello so
al momento que vio descender la primera lágrima. Automáticamente dijo que nos lle
lví corriendo a buscar a Mica para contarle la buena noticia. Empezamos a llevar nuestras cosas al baúl del au
rovecharla por un hombre grosero con hermosos ojos rasgados. A