El abogado y la doctora
"An lo reñía por tercera vez
una pesadilla. Hacía tres semanas recorríamos las carreteras inglesas
ela en Bangkok. Nos hicimos amigos con el tiempo y más adelan
pasaba días encerrado sin hablar con nadie, solo comía porque me encargaba de llevarle al
ogiaban constantemente los avances y la exquisitez de los diseños que presentaba. Sus pinturas se vol
ras él estudiaba artes, yo me especialicé en derecho. Y aquí estábamos, diez años después. An aceptaba todas las propuestas, pero con una condición: no quería ser r
la trágica muerte de su hermano Gin en un accidente en Pukhet durante unas vacaciones familiares. La familia reaccionó de manera difer
aisló por completo. La medicación lo sumía en un sueño constante, abandonando to
ánico y la ansiedad. Después de algunas idas y venidas, logramos que la madre de Anonn aprobara el nuevo tratamiento. Con el tiempo y l
tranquilos y una respiración armoniosa. A lo largo de los años, viajamos a varios países en busca de "inspiración
que solían acecharlo cuando no tenía ideas hoy lo dejaban descansar. Quis
er, hermano, abogado, lo que sea, pero no
rosas - intenté razonar con él
fastidio - Quizás quieras alquilar otro auto para ir a salvo
usurré mientras me
ición, sus deseos de que se llevara a cabo en París cuando ocurrió el impacto. Sentí mi cabeza g
il para llamar a una ambulancia, pero no logra
se el hombro y respirando ráp
espondí lo más calmadamente posible au
ojo. Él intentaba mantener la calma con respiraciones suaves. Necesitaba sa
sus labios llenos y esos orbes turquesa intensos me sorprendieron. Un escalofrío me recorrió, pero aún sentía la cabeza embotada por el golpe. Escuché que se presentaba y dec
ando - alcancé a decir mientras veía cómo
brazos trabajados y una gran delantera. El jean talle bajo con roturas descendió aún más al arrodil
El malestar se extendió mientras la veía tocarlo. Solo pude mirarlo para ver si se acercaba un ataque de ansiedad, pero no. Él
guramente me llevaría a hacer algo tonto. Comencé a negar cuando subió a mi lado. Escalofríos me invadieron al sentir su pecho presionando mi brazo. Por suerte, uno
s. La primera era que la estúpida mujer que nos había ayudado no había llegado en ambulancia sino que era una de las responsables del ac
ndome el doloroso cuello y sintiendo aún el cos
gritos, Khal? - repreguntó asust
amente - solo esperemos aquí
necesiten ayuda - dijo, mirándom
e que te quedarás quieto - pedí
. La primera era que la mujer que nos había ayudado no había llegado en ambulancia, sino que era una de las responsables del accident
e las rodillas, que la hacía ver aún más pequeña. Seguí avanzando y me sorprendí cuando, momentos después, Misha derribó al gigante al suelo. "Mi
anto? Me coloqué en medio, éramos más o menos de la misma altura, pero él no estaba en condiciones físicas de en
ntí sobre mí y supe que estaba en problemas. Sus pequeños dedos tocaron mi cuello y un escalofrío me recorrió el cuerpo. Mis
on un tono más duro de lo deseado,
aurante para cancelar nuestras reservas del día y al seguro de la camioneta. Necesitaban los detalles
uación. Observé de cerca a su amiga. Era muy bonita, con un rostro de muñeca y ojos dulces de color chocolate que contrastaban con la mirada d
l seguro -dije lo más calmadamente posible, mien
, disculpándose e
del tamaño justo para mis manos. Pero lo que más me gustaba de ella eran las chispas en sus ojos, reflejando sus emociones. Por ejemplo, ahora que su
rumpí, lamentando las palabras que sa
hó sin más, lo cual solo volvió a irritarme.
pregunté, intenta
- dijo, señalándome con el dedo como si fuera un niño -
e, arrepintiéndome al instante cua
esagradable que eres cuando hablas así? ¿Aca
An no se enojaba conmigo. Rara vez alzaba la voz y hoy lo había he
dijo, bajando de la ambulan
. Hice fuerza para mantenerme quieto en el lugar. Solo deseaba abrazarla, disculparme por mi horrible comportamiento. Pr
incomodaba. Al verla interactuar con An, como sonreía mientras él acariciaba su mano, los cel
rasaron bastante - dije ponie
dos - ¿No se dio cuenta de que tam
. . La doctora se dirigió al policía mientras An no dejaba
ensé, mientras An era repr
es - susurré, viendo a Mi
Quería abrazarla, disculparme por mi comportamiento y prometer escoltarla, pero me qued
me acerqué. La vi subir al auto, pero no me moví del lugar, vi cómo sin despedidas, ella
pude escuchar a An hablar con el paramédic
tó interesado An quien miraba hacia la c
te todos saben quiénes son
án haciendo? - vol
neficiarse en el futuro si siguen avanzando con su proyect
continuar investigando. Por lo que escuché en el hospital, quieren que en el futuro los trasplantes sean gratuitos para personas de baj
e mostraba su malestar hacia mí en ese momento. Y a e