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El abogado y la doctora

Capítulo 3 Contacto inesperado

Palabras:2436    |    Actualizado en: 14/01/2024

"An lo reñía por tercera vez

una pesadilla. Hacía tres semanas recorríamos las carreteras inglesas

ela en Bangkok. Nos hicimos amigos con el tiempo y más adelan

pasaba días encerrado sin hablar con nadie, solo comía porque me encargaba de llevarle al

ogiaban constantemente los avances y la exquisitez de los diseños que presentaba. Sus pinturas se vol

ras él estudiaba artes, yo me especialicé en derecho. Y aquí estábamos, diez años después. An aceptaba todas las propuestas, pero con una condición: no quería ser r

la trágica muerte de su hermano Gin en un accidente en Pukhet durante unas vacaciones familiares. La familia reaccionó de manera difer

aisló por completo. La medicación lo sumía en un sueño constante, abandonando to

ánico y la ansiedad. Después de algunas idas y venidas, logramos que la madre de Anonn aprobara el nuevo tratamiento. Con el tiempo y l

tranquilos y una respiración armoniosa. A lo largo de los años, viajamos a varios países en busca de "inspiración

que solían acecharlo cuando no tenía ideas hoy lo dejaban descansar. Quis

er, hermano, abogado, lo que sea, pero no

rosas - intenté razonar con él

fastidio - Quizás quieras alquilar otro auto para ir a salvo

usurré mientras me

ición, sus deseos de que se llevara a cabo en París cuando ocurrió el impacto. Sentí mi cabeza g

il para llamar a una ambulancia, pero no logra

se el hombro y respirando ráp

espondí lo más calmadamente posible au

ojo. Él intentaba mantener la calma con respiraciones suaves. Necesitaba sa

sus labios llenos y esos orbes turquesa intensos me sorprendieron. Un escalofrío me recorrió, pero aún sentía la cabeza embotada por el golpe. Escuché que se presentaba y dec

ando - alcancé a decir mientras veía cómo

brazos trabajados y una gran delantera. El jean talle bajo con roturas descendió aún más al arrodil

El malestar se extendió mientras la veía tocarlo. Solo pude mirarlo para ver si se acercaba un ataque de ansiedad, pero no. Él

guramente me llevaría a hacer algo tonto. Comencé a negar cuando subió a mi lado. Escalofríos me invadieron al sentir su pecho presionando mi brazo. Por suerte, uno

s. La primera era que la estúpida mujer que nos había ayudado no había llegado en ambulancia sino que era una de las responsables del ac

ndome el doloroso cuello y sintiendo aún el cos

gritos, Khal? - repreguntó asust

amente - solo esperemos aquí

necesiten ayuda - dijo, mirándom

e que te quedarás quieto - pedí

. La primera era que la mujer que nos había ayudado no había llegado en ambulancia, sino que era una de las responsables del accident

e las rodillas, que la hacía ver aún más pequeña. Seguí avanzando y me sorprendí cuando, momentos después, Misha derribó al gigante al suelo. "Mi

anto? Me coloqué en medio, éramos más o menos de la misma altura, pero él no estaba en condiciones físicas de en

ntí sobre mí y supe que estaba en problemas. Sus pequeños dedos tocaron mi cuello y un escalofrío me recorrió el cuerpo. Mis

on un tono más duro de lo deseado,

aurante para cancelar nuestras reservas del día y al seguro de la camioneta. Necesitaban los detalles

uación. Observé de cerca a su amiga. Era muy bonita, con un rostro de muñeca y ojos dulces de color chocolate que contrastaban con la mirada d

l seguro -dije lo más calmadamente posible, mien

, disculpándose e

del tamaño justo para mis manos. Pero lo que más me gustaba de ella eran las chispas en sus ojos, reflejando sus emociones. Por ejemplo, ahora que su

rumpí, lamentando las palabras que sa

hó sin más, lo cual solo volvió a irritarme.

pregunté, intenta

- dijo, señalándome con el dedo como si fuera un niño -

e, arrepintiéndome al instante cua

esagradable que eres cuando hablas así? ¿Aca

An no se enojaba conmigo. Rara vez alzaba la voz y hoy lo había he

dijo, bajando de la ambulan

. Hice fuerza para mantenerme quieto en el lugar. Solo deseaba abrazarla, disculparme por mi horrible comportamiento. Pr

incomodaba. Al verla interactuar con An, como sonreía mientras él acariciaba su mano, los cel

rasaron bastante - dije ponie

dos - ¿No se dio cuenta de que tam

. . La doctora se dirigió al policía mientras An no dejaba

ensé, mientras An era repr

es - susurré, viendo a Mi

Quería abrazarla, disculparme por mi comportamiento y prometer escoltarla, pero me qued

me acerqué. La vi subir al auto, pero no me moví del lugar, vi cómo sin despedidas, ella

pude escuchar a An hablar con el paramédic

tó interesado An quien miraba hacia la c

te todos saben quiénes son

án haciendo? - vol

neficiarse en el futuro si siguen avanzando con su proyect

continuar investigando. Por lo que escuché en el hospital, quieren que en el futuro los trasplantes sean gratuitos para personas de baj

e mostraba su malestar hacia mí en ese momento. Y a e

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