Idilio Y Aflicción
graron quebrarnos tanto a Robert como a mí, pero afortunadamente todo resultó para bien; pero bueno, ustedes están aquí para que se los cuente con lujo de detalles, ¿y quién soy yo para negarme?
ar; Robert y yo cada día nos enamorábamos más el uno del otro, nuestra vida de pareja era increíblemente hermosa, ya s
mente lo que yo estaba muy convencido de que iba a suceder, Robert trabajaba mucho, y a mí la soledad me sentaba muy mal, de hecho, estuve solo en casa durante dos semanas mientras conseguíamos una nueva mujer del servicio, dichas semanas para mí fueron eternas, principalmente porque el calculado
stumbraba a comprar cuando vivía en Detroit. Leía y comía toda clase de frituras y cosas con las que Robert llenaba la despensa, en ese mes ya yo había engordado cuatro kil
ano a verme, y apenas lo veía llegar, yo le recibía con besos y caricias nada sutiles,
" de Agatha Christie, era una de las escritoras favoritas de Robert, por lo que yo me esforcé en
yo llevaba puesto un suéter gris de Robert junto con unas medias gruesas, pero solo usaba boxer
rador, aún consumido por mi lectura, de fondo se lograba escuchar una lenta canción de Luis Miguel, prefería reprodu
ular desde el sofá, por lo que cerré de nuevo dicho ele
control del estéreo para
preguntó juguetonamente una voz
aylor - dije caminando de nuevo hacía l
Dawson, debes empezar
ho trabajo, y yo me la paso muy ocupado también - dije abrien
ses? - preguntó ella cínicamente, yo tra
, eso no cuenta como algo londinen
es lo que importa, ¿pero no planeas hacer otra cosa
ago eje
exo no
de calorías que bajas en un rapidín?! - excla
en serio - dijo con una se
rio! pero Robert no quiere que trabaje, siempre que voy al
con la un
greso, debe resolver primero lo de
ya eso esta
en su empresa y con la cafetería, el pobre se la pasa en el trab
muy difícil para ambos
así que prefiero pasarme el día comiendo y leyendo para no mortificarlo, además después de todo
e mi prometido era la principal, no porque este fuera malo, sino porque él aún trabajaba con aquel odioso pelirrojo pecoso, quien casi siempre lo llamaba y le dejaba mensajes en la contestadora, yo me tragaba mis celos, porque ya Robert me había dich
je subir las escaleras y llegar a la sala, me hizo perder p
antes de que yo le colgara el teléfono y lo dejara en la isla de la cocina,
saludé en
a gruesa voz que erizaba mi piel
e no dan galletas de la fortuna? - pregunté
trado, sonreí para tomar su mano y caminar con él hací
ente mientras volteaba a ver a mi pareja con curio
spirando para quitarse el saco y dejarlo en una de las
uena comunicación con la madre de Robert, cosa que a mí mismo no dejaba de sorprenderme, pero la verdad es que Catherine siempre ha sido
ue vendrán A
no dude en decírselo para que ella les dé su merecido - dije algo divertido y apenado, me a
po entero se erizó al sentirlo cerca de mí, aún cuando ambos teníamos sexo casi todos los días, aún s
as joyas azules de mi prometido, las que cada día me tenían más y más enamorado - ¿Me lo dices amor? - pedí c
o gatit
je haciendo un puchero, él em
o siento que voy a morir de un infarto - me sonrojé totalmente al oírle, mi p
lleta, para luego ver a mi novio con un semblante suplicante y algo tímido, él sonrió algo frustrado para
e junto a mí y tomar una de las ban
la lasaña que me preparaste ayer, hablé con tu madre, hab
- preguntó mirán
que me duché, n
abras, agaché la mirada para seguir comiendo, pero hacer eso solo
o ol
rme te pedí q
precisamente esto, la limpieza; yo nunca me consideré un aficionado a la limpieza o al orden, y mi pareja amaba que todo en su casa e
levantarse de la mesa y
arreglaré eso
suspiré algo apenado mientras movía mi comida con los palillos, me apenaba la forma en la que me hablaba
r las sábanas de la cama y ponerlas sobre esta misma, me acerqué con cu
e con la voz algo apagada, él volteó a ve
en la que te habl
sando su cuello mientras mi prometido acariciaba mi
do a verme algo incrédulo, pero una ligera sonrisa que mostróes lo mío - bufé mientras sentía un beso
s manos a mis glúteos y los apretaba, sacándome un suave jadeo de los labios, yo estaba muy sen
con los suyos, él sonrió maliciosamente p
omida o
nal con algo de vergüenza, mi prometido empezó a reír sujetando firmemente mi cuerpo,
dicho esto, me estampó contra el sofá para levantarme el suéter y empezar a lamerme
é mordiéndome el labio
oírle - Ponte en cuatro, Ty - demandó mientras se apartaba de mí para empezar a desabrochar su pantalón, yo obedecí a sus p
esa donde estaban los celulares, yo chasquee mi lengua con molesti
, la frustración empezaba a invadirme, aunque ya vivíamos juntos, las ocupaciones de mi prometido limita
me levantaba del sofá y caminaba a la cocina, escuchando todavía la conversación de mi prometido - Entiendo Vincent, te estaré avisando entonces - dicho esto,
refrigerador, Robert me miraba apenado, se notaba que la distancia que imponía su trabajo
acto me encantaba, pero rápidamente aparté sus manos de mi rostro, no quería incitarlo a empezar un acto sexual que no íbamos a poder acab
... no quiero presionarte de más, ya estás lo suficienteme
mejillas y le planté un cálido beso en los labios, mi prometido estaba agobiado, el trabajo era sofocante, yo no quería molestarlo con mis estupide
de él - Por ahora, lo mejor será que acabes tus obligacio
zura, correspondí dichos besos mientras mis manos acaricia
mos hacerlo todo el día y toda la noche, pero
sado suspiro mientras tomaba una fritura y la metía a mi boca, pensando con detenimiento en qu
s seguía haciendo lo que mejor se me dio esos días, comer, devoraba una bolsa entera de frituras con sabor a carne, empezaba a sospechar que comía por estrés o por aburrimiento, de cualquier forma, no lograba medir
a haciendo muy tarde, por lo que me senté en el sofá para buscar el control remoto y apagar la televisión, al
mientras me levantaba del sofá y me estiraba un poco, mi cuerpo se sentía exhausto, pero al mismo tiempo, sentí
seguro estaba igual de frustrado que yo, así que sin dudarlo dos veces, corrí a la cocina para llevar a cabo la idea que plantearon mi
a favorita de Robert, prefería dejar caer mi celular antes que dejar caer dicho objeto al que mi prometido le tenía tanto aprecio. Toqué la puerta d
boxers negros, llevaba solo unos calcetines rojos en vez de zapatos, Robert me regañó varias veces
staba un poco desabotonada, y estaba usando sus anteojos para leer de mejor forma la información, dichos anteojos no los usaba siempre, solo cuando debía leer
sonriendo de lado al verme con la taza entr
mientras caminaba hacía él, me abrumaba lo sexy que se veía, aún con todo e
io, yo me agaché un poco para besar sus labios con dulzura, él correspondió de forma cálida
eradamente organizado que era mi prometido, yo no era el rey de la limpieza, pero Robert me dejaba totalmente en ridículo; divisé una ca
tuvo al ver cómo yo me inclinaba sobre el escritorio para tomarlo, dejando mis
reía malicioso mientras observaba detalladamente mi cuerpo, admito que lo que él dijo temprano tenía algo de razón, mi alimentación desbalanceada
oz ronca mientras llevaba sus manos a mi
susurré con voz coqueta, dejando
ría que tratas de
harás al respecto? - pregunté con voz retadora, movie
levantó de su asiento para ponerse detrás de mí, y acto seguido, darme una fuerte na
usca, pero eso no logró que se me bajar
e apartó, solo se apegó más a mi cuerpo p
n mi oído mientras empezaba a bajarme los boxers, todo mi cuerpo se estremeció, mi respiración
oltear y darle un hambriento beso de lengua, al que correspondí sin dud
do un poco su labio inferior, él empe
minar un i
artiendo besos por sus mejillas - Por
, algo me decía que ya había perdido el cont
aba un poco para recostarme boca arriba en su escritorio, tirando al
para dejarlo de lado y empezar a desabrochar su pantalón, mis
casionar problemas - susurró agachándose a mi altura, al
ti - susurré con voz algo ronca,
lleno a mi cuerpo, sacándome un fuerte gemido de dolor, al mismo tiempo que mis piernas empezaban
más salvaje con mi cuerpo, como si a medida que yo adoptaba resistencia, él iba aumentand
rró mientras se hundía de lleno en mi cuerpo, ha
entras él me azotaba con fuerza contra su es
almente llevábamos tan solo dos días sin tener relaciones sexuales, lo sé, una cantidad de tiempo absurda, pero nosotros estábamos a
rpo y me cargaba entre sus brazos para continuar con sus estocada
o un poco los brazos ajenos, ganándome q
contra el escritorio nuevamente, eso me hacía pensar que tal vez mi au
muy sensual que me dio mi prometido, al que correspondí de forma mu
a mía, a tal punto que los lentes que llevaba puestos se empañaron un poco, cosa que me c
mi prometido se escabullían por todo mi cuerpo, principalmente bajo mi suéter para ac
s tomaba una de mis piernas y la alza
a seguir su vaivén, sin querer terminé tirando algunos de sus habanos al sue
o nunca, grité con fuerza el nombre de mi pareja mientras un fuerte orgasmo me hacía
el orgasmo terminaba de "afectar
epartiendo besos por mi cuello, dich
rmuré con voz sumisa, esa voz q
empezó a darme unas fuertes estocadas que me hicieron jadear con fuerza, Robert no sabe contenerse