Prohibido Amarte
Moira en su usual sermón
rmal, es decir, llevan puesto
minado de hablar, el personal del turno formado en fila se dis
, no los identificó, son personas que n
formal, pero veo que te las arreglaste para conseguir un
i pecho y observo lo que
r el bono de punt
laca, pero descubre casi al instante que es imposible-de acuerdo, ten cuidado de
rjudicar a Anna, de cualquier forma no podría machar su
de llaves-extiende una llave con un llavero de un conejito ros
ori
de la falda, no quiero arriesgarme a perd
elta y se va. Como el ama de llaves,
s opción que entrar y hacer mi trabajo. Camino sin ánimo, a nadie le gusta trabajar en el s
es insoportable, es una desgracia que no tenga el valor para enfrentarla como ella lo hace a plen
el blanca, viste un traje similar al de todos con excepción del ton
ra que me quede reflexionando al respecto. Me dirijo hacia el hombre qu
l rostro. No sé quién es Jones, pero asumo que ella es la que pertenece al segundo turno y que se encuentra in
ñadir algo, alguien detrás de él l
urno diurno son unos holgazanes, pero supongo que deben ser diligentes, ya que ellos tienen más
una e imitó a los dos hombres frente a mí que acuden al chef para que vierta en el recipiente una pequeña porción de sopa. Él me mira y frunc
ero junto con ellos hasta que aquel hombre pelinegro ordena avanzar, al p
queños se tratase. La fila empieza avanz
mi tía Moira, como por ejemplo, el salón de juegos, además solo el personal de segundo rango tiene permitido el paso a ciertas zonas donde suelen estar los Mitchell, es decir, personas que han trabaj
el interior conversando y para mi mala suerte es a ese insufrib
a mujer que juguetean por debajo de la mesa, es una rubia que lleva puesto un vestido blanco con lentejuelas brillantes y unas zapatill
forma el menú, sopa de garbanzo con espinaca y un filete Well
s por el menú, así que Tyler ind
l plato hondo frente a la chica, el aroma de la comida llega hasta mis
al volver la vista captó algo insólito, veo una mirada azul escudriñándome, instintivamente vuelvo la mirada no logro distinguir con clarid
nte pareja, de igual forma un hombre y una mujer, pero mientras sigo en lo mío, sient
lo, pero el chico a su lado no se rinde y persiste en intentar subir el dobladillo de su ves
dirijo la vista hacia el final de la mesa, donde se encuentra un hombre que lleva puesto un t