Infelizmente casada
tas entre sus dedos, había un libro que reposaba abierto en la mesa circular, miró a su alrededor y siguió le
escanso- le susurró la voz de un jov
los ojos, Danna volteó y encontró a un muchacho de
ó la joven sonrojándose y poniendo un poc
disculpa la tardanza, tuve que arreglar un trabajo con unos amigos, aunque y
guntó dudosa Danna mientra
o derecha, ella lo miró fijamente a los ojos
sus cosas y las metió en su bolso, recargó el objeto en
el que se olvidó del mejor amigo de su hermana, él había estado por fuera del país por unos años y ahora que había vuelto, estaba ena
a todos lados para no ver a su hermana, al percatarse
ar a Daniel, a los quince minutos que le parecieron eternos divisó
la pudo sentir que aquel joven era la solución a sus proble
-inquiri
sa retorcida. Su mente en esos momentos empezaba a darle gr
que quedaba frente a Brenda, ellos se repararo
cería, veían a su presa a
a casa invita -expresó
e pertenecía a Daniel. "Vaya, así que este joven es quien arregla
do, Danna iba caminando tomada de la mano de Fernando, r
años, bueno, yo también recuerdo que ese mismo día lloraste
a saber que recuerdas esa p
e sentó al lado de Danna y se acurrucó en ella-. Ahora que puedo estar a tu lado no quiero separarme
se apartó un poco del joven ya que al mirarlo f
e acomodó un poco para d
mientras Daniel se to
preguntó, Brenda lo miró fijamente mientras
co sus intereses y lo que mira en un hombre, a
l interesado, su mirada se tornaba algo seri
e llega a conquistarle es que el pretendiente sea atento y no se dé por vencido tan fácilmente, -Brenda recordó la fiest
egura que
y unos hermosos tacones no
ar. Se encaminaron a un centro comercial cerca de allí donde buscaron el vestido indica
stilo sirena que había en una tienda, corrió a medírselo, Daniel sólo se re
spejo, no se podía negar que se veía muy bien con él, era
preguntó Brenda
u hermana? -Daniel estaba a
la también le quedará -la jov
a mano por todo lo que había comprado para Brenda y D
lular empezó a sonar, ella apresuraba buscó el objeto en
rnando quien se acomodó en la banca- lo sie
ápidamente por el parque, se le había o
ó Fernando mientras c
, ahora me tengo que ir! -e
que tenías l
o, lo siento -ella sonrió y después retomó su
con lo millonario que era este apuesto joven, eso le daba motivos para seguir
bajó un joven como de su edad, muy apuesto en realidad, a su lado apareció una señora que se le hacía
de la mano y la señora soltó una ri
er posible -dijo
el a su padre? Y lo peor, con