Sexo anal
! Está tan divinamente guapo como la
te feliz y me abraza, luego
enseñaré el piso. ¿
iría q
ón, él saca vasos y una botella de vin
de mis fotos eróticas! - me
icas? -
¿te so
s de Miguel, en las que salía sólo en
eguntó Miguel, se
s tantas fotos tuyas sólo en sli
la portada de una popu
ncillos abultan así, ¿Qué estará
peta, ¡fue una ses
nes de cuero y un látigo en las manos, y ya está, no hay
e gu
amente guapo -sonrío avergonzada, int
hayamos conocido. - Dic
- le respondo ba
mucho a casi todos mis amigos! Todos los
do? - Le miro y me tapo los ojos. El
hecho, ¡iba a pedirte que te q
? - vuelvo a
remos algo, veremos una película,
lla de vino está vacía. Abrimos la segunda,
a lentamente los pechos desnudos, mientras
insistentes. Me dejé llevar por sus hábiles caricias mientras sus labi
esnudó rápidamente, dejándose sólo el slip puesto. Se quedó un rato delante de mí, adm
se acercó a mí y me bajó lentamente las bragas. Levantando mis caderas le ayudé a quitármelas y cuan
í no se podía comparar con ninguna otra cosa. Me retorcía en sus manos como una serpiente en la arena caliente y sól
co. Era de tal tamaño que podía asegurarlo: nunca había visto na
ando esta cabeza se deslizó sobre mi útero, me pregunté cuánto placer po
brían mis pechos y, al ritmo de las embestidas, sus dedos me apretaban los pezones. Poco a poco, los movimientos se hicieron más bruscos y el ritmo se aceleró
r, pero Miguel no me dio esa oportunidad. Se apartó
dedo penetrando mi culo, mientras su polla ya estaba
mitente de Miguel. - Te encantará, te l
o. Tenía sexo anal y me gustaba que me follaran por el culo, pero siempre tuve miedo de los tíos tan grandes como Miguel, que podían dañarme
sé follar por el culo. - Susurró y con l
e excitaba. Se volvió más insistente e introdujo un tercer dedo, gemí, ya fuera de dolor o de placer y ento
agujero. Con sus dedos estimulando mi clítoris, el tipo empezó a moverse más deprisa. El dolor fue cediendo poco a poco y sentí que me
s, agarrándolos, empezó a amasarlos, acelerando el ritmo de sus embestidas. Por un momento sent
urré, sintiendo su semen
e sus brazos, pensé, ap
espués del sexo. - dijo levantándose-. V
spalda y me sentía incómoda. Demasiado para conocernos. Pero cuando entré en
o? - pregunté apenas audiblemen
sonrisa volvió a jugarme una mala pasada, apagando mi
me cuenta de que no sería capaz de explicarle a mi
o el chico levantándose de la mesa. - Todavía tenemos tiempo, ¿
ré, sintiendo su l
que te folle por
pregunta qu
. ¿Cómo qui
a arriba y tú te vas
itación. Voy a tener que ponerm
ien. Ad