El Esposo del Senador
, por su respiración y por la manera en la que con su mano derecha tomó mi cabello con delicadeza, lo acarició, bajó a mi frente, mis orejas, de form
iendo más que nuestras
iento
í me
rápido tomando e
nuevo, he estado en modo automático y ni quisiera recue
m... -Me arrepiento de la pregunta que estoy a punto de hacer porque pienso
hicos del Delivery llega hasta nosotro
s Ba
eléfono en el oído me pregunta:
¿
diato, con el corazón acelerado mientras el nombre Darwin Baker se repite en mi mente
on el ceño fruncido-. Tran
. Suelo tener estos movimientos por l
pame, r
¿acaso no cono
zás los recuerdos que ello m
residente de nuestro país... -Ante eso arrugo el entrecejo
hico se carcajean y no entiendo por qué hast
quizás saber
los lo que te l
que ruedo los ojos mirando después el teléfono de la tienda deseando que suene y e
-huyo de las cuestiones hacia
rico en nuestra nación -Ella suspira-. El senador de nuestro paí
más, eso inexplicable en mi pecho me hace ver al chico el
zás, pero lo que he escuchado es bastante responsable, sabe de política, también es empresario, se casó con un chico hace dos años que era pobre, o eso es lo que se di
endría ningún caso ni sentido que... Es decir, muchos pueden usar el mismo perf
ta es tener un botón que haga d
.
ta todo lo que mis pi
corazón en la garganta casi dejo tirada mi bicicl
favor -a pen
llevan hace que se instale la desesperación en
s! -el capitán Schmidt nos indicaba c
ón para rodear, escondiéndonos detrás de al
ldados, éramos diez, así que éramos
ica si había algún francotirador. No había ninguno visible, por
el otro extremo de la carpa e
i corazón golpeaba aterr
es de que pudiese gritar tapándole la loca. Todos se pusieron en plan de ataque, viendo a todos lados en busca del
da silenci
o de igual forma mientras todos se mantenían en posición y yo lo
abar con todos -decía B
vamos a
abló señalándome-. Esto
el láser rojo señalar mi p
gata,
mis manos, y la chica q
s horas, y darle esto también. -Me da un récipe con indicaciones-. Cambie su venda ca
Kai y esta maúlla,
o único
spués de limpiar mis manos con algunas servilletas que la chica me dio, y nos dirigimos a la farmacia v
unta por lo que tengo que dirigir mi transp
estacionarse cerca; pero la razón por la cual le presto atención no es porque un recuerdo de hace unos días l
é
Ams
hombre que hizo que su herido corazón
nto a los míos, hace que mi cuerpo pi