La favorita de los Reyes.
ÍTUL
a, año
ba
lía todavía debido al trabajo de ayer en la taberna de Gorgol, como era de costumbre tenía que trabajar para poder com
a. Tomé el balde con agua para lavarme el rostro y parte de mi cuerpo, me quite la bata de dormir para ponerme el vestido que usaba para hacer los quehaceres,
re. Empecé a despejar todo a mi paso ya que siempre llega y tira todo lo que encuentre, típico de el, abrí las ventanas de la cocina y la puerta que llevaba ha
cie su enorme panza-
e entonces ella es la que nos da la leche, siempre trato de
inútil qué siempre trae leña mojada y es más difícil de encender. Al fin encendida, empecé a preparar el pan para el desayuno ya que a mi padre le gusta recién hecho, si era delicioso pero era mucho trabajo, por suerte se me ocu
dije al verlo salir de
e comer
aliente, luego empezó a comer, como siempre tenía que esperar q
ios hacia mi, la forma en que me trata y en la que me golpea, al igual en la forma tan inapropiada en la q
ner náuseas, así que lo deje que co
la taberna
dos días, no me toca trabajar
es tengo que decirte que si
sien
tomarme de los brazos con fuerza, su
bebí anoche ¿entiendes? Soy tu padre y
tiendo
diente -sus manos bajaron por m
hagas.. -es
ó mis brazos- es una lástima que no pueda to
da, casi siempre hacia esas cosas, eso estaba mal y me causaba tanto as
poco largo así que debía ir rápido y regresar para hacer el almuerzo. Puse la cesta sobre mi cabeza y así pud
on hechizados para permanecer jóvenes para siempre y así poder ver morir a sus seres queridos, ambos Reyes fueron condenados a la juventud eterna por
que están buscando la indicada qué pueda romper el hechiz
y sus histor
sol, me gustaba hacerlo ya que era temporada fresca y era agradable salir a pasear aunque no lo haga con fre
tos años. Mientras crecía tenía dudas sobre mi vida, del como crecía ya que no tenía a nadie a quien preguntarle del porque cada cierto tiempo salía sangre de mi intimidad, de los bultos en mi pecho y de lo ancho de mis caderas, me había asustado de esas cosas hasta que escuché a una seño
odiaba mi rostro así que supuse que lo era al parecerme a ella. Así que evitaba a toda costa mirar
un suspiro- tengo que i
ueblo no estaba tan lejos de casa así que sería rápido, quería aprender a cultivar ver
ñora Meyer me sonri
por un par
pan dulce, siempre que venía me daba uno ya que no se me permite comer dulce ya que a m
, mire hacia aquella dirección, venían l
fender las fronteras -escuche a una mu
esta vez si
lo que se dice, q
ladurías
e que mi padre llegara, llegando a la casa, escondí el pan dulce y seg
res? ¿Serán inmortales?
�
e se bebió, a pesar de que este lugar esté lleno de hombres borrachos y mal olientes, ninguno me
to a la mesa de
cervezas y las de
o hacían ver gracioso-, deberías ir un día a la casa para que
que pasaría si aprendo a l
o serio- No puedo hacerle nada por ahora, pero llego a descubrir de que ha
e pre
as viva con el, el tiene poder y potestad sobre mi, también a decidir que hacer conmigo. Por eso es que jamás quiso que yo aprendiera a leer o escribir ya que según el,
í de Gorgol y regrese a casa, al llegar a la puerta escuche cosas romperse, estaba borra
ad
u habit
e la puerta, no pasó demasiado tiempo cu
álmate p
rse encima de mi le arañe el rostro pero me dio una
e colgaran! -se detuvo y se bajó
n mi pecho, tenía que salir y respi
ente hacia el río, la luna estaba brillante, era mi única acompañante mi
estaba decidida qué pasaría la noche aqu
hace
a voz, había un hombre en un
e una p
ne a.. A ba
jó del caballo, tenia una especie
ediato- solo quer
-se acercó más a mi ya que no podía verlo
uedé impresionada al ver
o te
lo sentí posarse frente a mi, me as
, pero sabía que eran
bar
bar.. Su
enes ap
no tengo -se sepa
che por aquí? Pue
r un poco, me sentía
ete a casa, una señorita no debe estar a
scuchar que venía otro caballo, este e
-se bajó del caballo, lueg
se miraron, el le a
entí- ¿Sabes que el
iba -mis manos
nde
. Vivo cer
al verlos a ambos
El Rey Zeker le pr
tu casa Ambar, es tarde,
o en serio.. Pu
quedo de otra que asentir y empeza
entía pequeña e intimidada, la luna dejaba ver las sombras de ambos, la mí
estaba el silencio, supongo que
fan no dejaba de mirar mi
uchas gracias por traerme, lamento si fui u
ijo el Rey Zarek
¿Que quiso d