Comprada a la Mafia.
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Humberto Marchetti, volviendo a golpear la mesa donde estaban los i
dad es la única virgen. El resto de las mujeres que se subasta
sa cicatriz tendré que bajar su precio. ¿
rmir, porque casi se carga al médico que la estaba reconociendo. Según el doctor se despertará, horas
un juguetito nuevo, en los años que llevaba recuperando el dinero prestado y sus intereses, pocas mujeres le podrían generar tanto beneficios
n, aunque estas estaban mejor valoradas y se pujaba más alto
n las sábanas de tu cama. Sus ojos eran grandes de largas pestañas, se notaba algo de ascendencia italiana en su forma. Aunque lo que verdaderamente lo que te hipnotizaba era el color de esos ojos,
con curvas que retentaban, y unos senos voluminosos que hablaban de su origen italiano, aunque era delgada. Humberto sospechaba que e
un placer, pero cuando le enviaron la foto de la cicatriz que Emilia tenía en el interior del muslo, desechó esa ide
n no mentir, ni engañar, justamente esa regla fue creada por él para evita
por el vendedor como el comprador. Eran claras, la principal era que, bajo ningún concepto se debía ment
que debe cumplir hacia el comprador antes de pujar. Principalmente se basa en, informar de las característic
a o que le sea entregada, es estar con la mujer comprada al menos seis meses de forma obligatoria. Si el producto no le sa
sperando indicaciones, que cumpliría de inmediato, sin rechistar ni dudar.-" Cambia las especificaciones para Emilia Monti, no ocultes su tara, pero por en grande que es virgen, a cambio su periodo de permanencia será cinco años, no podrá ser devuelta en ese tiempo, no mejor pon ocho, para ese tiempo o estará muerta, o se volverá una corderita como todas las demás. Y añade que, si el comprador se casa con ella, la deuda esta cancelada, no podrá divorciarse de el
ym
e decir que yo entre por ahí, está claro que, de los tres, el que heredó el sentido común y la inteligencia, fui...yo"- le dije a mi herman
ra en América, exactamente en Filadelfia, en los Estados Unidos. Pero eso no cambiaba para mis herma
y se feliz"- son como se dice en mis is
compañía que caliente mi cama cuando me apetece, pero sin las complicaciones d
athaysa, o ranita que es como Benearo y yo la llamamos, para bajarle los humos de princesa. Cuando era pequeña, le dijimos que ella a lo más que podía aspirar, era a ser la rana del cuento. Al parecer hasta en eso nos equivocamos, durante toda mi vida, para mi padre, ella era su princesa, y así nos lo hacía saber cuándo lloraba adrede, para que nos castigaran, que sólida ser a men
andíbula me estuvo doliendo una semana, y desde ese momento, mis clases de boxeo, además de otros artes marciales, se intensificaron, el orgullo de un hombre es muy frágil, hoy en día no sería tan fácil tumbarme. Ranita, también, es madre de trillizos
comic, auténtico, expertos en cometer travesuras y volver loco al mundo, en especial a sus padres. Mejor descripción imposible, así somos nosotros dos, cuando estamos juntos, nos pasamos nuestra infancia y la adolescencia, en el inter
n un principio se llevaba como el perro y el gato, más bien era una manera que tenía mi hermano de mantenerla alejada, como dije soy el más listo de los tres. Pero al
en forma de una sensación urgente de llamarlo. Creo que voy a empezar a mejorar mi empresa de seguridad, sólo para enviarle a mi hermano unos cuantos agentes, que p