Matrimonio Concertado con el CEO: El playboy domesticado. Libro 3.
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No entiendo, como antes miraba a otras mujeres, esto no tiene nada que ver, las ansias locas, la tentación inaguantable, las ganas de gritar a los cuatro vientos que la amo, y que nadie la tendrá
que siempre había estado buscando, yo al contrario que mi hermano y mi primo, no luché contra mi destino, desde que puse lo ojos en ella, me enamoré, a pesar de que sé que a ella no le pasó lo mismo, fue duró conquistarla, y aú
no espero menos que la ames igual y la cuides como lo más valioso que tienes, y cuando dios te dé una hija, para que sientas lo que yo siento ahora el día que la entrega
o tienes suficiente y encima esa maldita mujer no hace más que agarrarse a mí, y besarme con las mismas ansias
r donde sólo pudiéramos estar solos con nuestras parejas, con nuestras mujeres o nuestros maridos, sin tanta pompa y obligaciones sociales, la verdad es que
ble de la ya señora Elena Powell, a través de mi móvil una vez que pude esquivar algunos invitad
madre y de todos, y por lo que vi a señora Miriam Powell también había desaparecido, así que imaginé que salvar a las novi
recer mi frase funciones, porque el humor de mi hermano empeoró esos sólo podía signi
aza. William ya estaba acostumbrado a mis lo
a está habiendo ahora gracias a su hermano, señor corra hasta su mujer, y llévela hacia la puerta lateral que da al i
lo que estaba haciendo y los de mi madre, que recriminaba el comportamiento nada apropiado de su primogénito. Mientras mi padre y mi
l de Powell S.L. Holding."- dije y aproveché que todos estaban distraídos mirando la escena p
rón fuerte, la derribe en mis brazos, y comencé a besarla como si mi vida se fuera en ello, dejándola to
osa, sólo faltaba poco para que ese silencio pasara a gemidos de place