Al ritmo de tus besos
tración. Oliver y Jonathan discutían a los gritos, de nuevo. A pesar de enco
ntado frente a mí. Hacía sonar el bajo eléctrico. Repe
rtó Theo antes de esnifa
ara olvidar las miserias de su existencia y así poder da
utina en todos los conciertos. Oliver bebía más de la cuenta y Jonathan lo
nca sabíamos dónde estaba ni qué hacía, siempre se mantenía alejado. En ocasiones debíamos llamarlo por móvil para que se
hospital a punto de ser llevado a quirófano para que me sacaran algún órgano inservible.
to bajo mis cabellos. De esa forma me sentía seguro. E
! ¡Están preparado
os. Tenía el rostro colorado por la embriaguez y los ojos enrojecidos y vidr
cordó William sin apartar su
pantalón para marcar el número de nuestro compañero al tiempo que se acerc
lidad de todos, no dijo nada. Solo apoyó sus manos en el respaldo del sofá d
s bien
no deber
oto a
iendo que nos veía desde la distancia
e estoy
over mis influencias p
marca comenzaba a ser reconocida en la ciudad. Ese hombre poseía dinero y conocía a mucha gente ligada al mundo del espectáculo que siempre le debían favores, así que se convirtió en nuestro patrocinador un año atrás. Nos usaba para difu
gestiones pudimos contactar a unos productores musicales: los hermanos Thomson, quienes quedaron encantados con nuestro trabajo y decidieron convertirse en nuestros managers promocionándonos en las disqu
do-. Nuestro futuro musical de
pesar de haberlo esperado por años, me costaba sentir emoción por el paso que estáb
irguió para sentarse en el r
iver al terminar la llamada y dirigiendo una mirada enfadada hacia Jonath
sa época iniciamos la banda tocando covers de temas conocidos en fiestas de amigos o en eventos del
canciones y componer su música con mi guitarra. Al mostrársel
ltaron pegadizos para el público y por ellos com
mero lo conocimos gracias al padre de Jonathan, que lo ubicó y lo puso en contacto con nosotros. Había dado clases de bajo eléctrico en su tienda y los fines
lo había encontrado en el baño de un bar. Mientras usaban el orinal hablaron de música y minutos después, el hombre, quince años mayor que nosotros, forma
i todo Rhode Island. En ese tiempo amplié la lista de temas incluyendo seis más. Con
había empeñado en que estudiara Contaduría para que tuviera una carrera de la que pudiera vivir una vez que pasara mi «capricho» por la música, eso me consumió por un t
stras diez canciones y necesitábamos carne fresca que ofrecer a las disqueras. Sin embargo, aunque
do escuchaba que no tenía nada concreto entre manos. Walter insistía en que si no renovábamos nuestra música, el público, que ahor
cía sentir cansado. Sin ganas
stente del bar, logrando que en esa ocasión todos nos pusiéramos de pi
o de los hermanos Thomson, nos detuvo
ovidence. Busca nuevos talentos musicales para promoverlos en los recitales que organiza. Hagan su mejor show. Él n
o de firmar un contrato discográfico. A pesar de contar con su propio patrocinador y tener también éxitos importantes, envidiaban nuestros logros. Por eso muchas veces nos jugaban s
e en el escenario! -expuso Oliver dominado por la adrenalina,
s de marcharse. Los chicos comenzaron a gritar frases motivacionales para encen
e y aburrido. Me costaba hallarle emoción a la
gritos y las voces de los fanáticos coreando mis canciones, pero me sentía intimidado
ían presentado otras dos bandas y los Destroyer quedaban para el final,
blico para que estuvieran cansados para la última
ludo que hizo rugir a todos. Sentí el suelo vibrar baj
ese sido sacudida por un fuerte viento y mi corazón comenzó a caba
era tener en la cabeza, la música era
capela de Theo y William haciendo un coro de murmullos mientras Oliver cantaba, cerré los