Aunque no te pueda ver
bÃa dado cuenta que mis temblorosas manos estaban aferradas al material de su camiseta en puños. Per
o que más abajo del material de su
aste tu hel
me siento avergonzada por mi acto, aunque sé que sol
deje de examinar el material de su
ccidente -tranquiliza, c
rgonzada, y alzo mi mirada en la
arganta, pero yo no puedo dejar de senti
uramente Carol aún sigue peleando con Alanis, porque el
rmana. No sé donde cayó mi bastón, no sé hacia donde voy, y de seguro me veo estúpida haciendo esto en mi cond
los tortuosos recuerdos vienen a mÃ, y por más que trato de alejarlos muy le
y no puedo estar más agradecida con eso, ya todo pasó y estoy compl
es lo menos que me importa ahora, lo que me preocupa es lo que escuché decir al doctor. Dijo algo sobre una complicación, pe
ro lo cierto es que ya estoy desp
o reventaré aquà si no hago mis necesidades. En
gr
parece obvio. Entonces a ciegas me levanto de la cama donde estoy, para salir de esta habitación, porque siento que me asfixio, y con la
ero echarme a l
ciega. Esto no pued
con desesperación. Aunque sé qu
la puerta salgo de allà y me dirijo al pasillo, todo sigue igu
me, mi cuerpo comienza a temblar de miedo, y siento un horrible nudo
asi en un sollozo
uedo sentir la sorpresa en su voz y preocupación al mis
-sé que me escucho como una niñita d
tirante. Me obligo a tragar el nudo que se formó en mi garga
o me niego a creerlo, puedo percibir que incluso le du
rla, esta vez con más
nos momentos que me parecieron e
tir su mano acariciar mi cabeza con delicadeza. «Algo malo pasó, algo que t
algo? -pregunto, con mi
oca, mientras no deja de acar
umores -dice-,
vo siento que voy a echarme a
ar-, por supuesto que no lo tie
ja de acariciar mi cabello, y su cuerpo se aleja de mÃ. Quiero que me lo diga,
y sus palabras son como un golpe. Es como si mi corazón se hubiera
abajo, y me niego a c
o paro. No podré ver más, no podre ir en el auto o caminado e ir disfrutando del paisaje, ya no podre apreciar el tono v
rinco en mi lugar, y salir de mis tortuosos pensamientos. El calo
hace saber que es Evan. Él ha dete
to de soltarme de su agarre para i
-dice-, e
re mis hombros, apretandome con fuerza, y me
a la frase que se
pequeñas manos hacia mi rostro y ponerlas sobre mis
pación. Sin embargo yo no asiento ni niego, sólo bajo
abandonan su lug
que pregunta con preocupación,
tar la mirada viendo hacia la nada, donde creo está mi hermana, pero sé
n, Carol? ¿
ganta de mi hermana, y yo frunz
le dio su merecido. -se escucha como si de un premio hablase, pero sé que e
o, soy Evan
como si ahora entendiera al
y me lo puedo imaginar asintiendo, pe
ico que salvó a mi hermana, te l
una suerte que yo fuese pasando por ahÃ,
ué hubiera pasado si algo le ocurriese -mi herm
ero prefiero quedarme callada. Entonces el calor del cu
uy gu
-digo, de
mira m
ntes, y dirijo mis ojos sin vid
ya va a
ara la garga
n, será mejor que me vaya -dice,
pedirme cuando mi he
rnos por un helado? -¿Qué fue lo que dijo?-. Es que
na manchita. -dice él
s de fulminarla con la mirada no me faltan, pero me verÃa muy tonta hacién
esta mancha, te
gradecimiento por salvarte, le r
nsiste Carol-, ¿sÃ
Deja al pobre chico, mucho le hic
ice fina
lavar su ropa, aunque claramente le dirÃa que podrÃa lavarla, o al menos intentarl
stedes a l