AMANTE DEL CEO
claro recuerdo de lo sucedido en la noche -. Basta Susan este es tu destino -. Con aquellas palabras se mira en el espejo su cuer
-. Las palabras expresadas por el hombre hicieron que ella se sonrojara. ¿Hab
nado descubriendo que era de s
que se colocó por detrás de ella, depositando pequeñas mordidas en el ló
o?- Gabriela Lefebvr
intento alejar a James, per
ientras tu hermana esté con vida que te conviertas en una prostituta no me interesa, al menos
nte Sacramento - Las palabras de James dejó a Su
e avergonzaba tener una hija cocinera y que cómo sería la señora Park no debería ensuciar su imagen, pero aquí estaba ella
e James Campbell sentía algo que era más fuerte que su racionalismo la cercanía de Susan en la intimidad en oca
los taxis poco o nada se veía, la mujer no tuvo otra opción que caminar, pero un Ferrar
nte Sacramento tampoco se subiría con un desconocido, la ma
esitas un amigo puedes contar conmigo.- Antes de que Susan aceptar
aún más a Susan, que inesperadamente ya estaba a su lado, p
tó el otro hombre con ironía en su
ndos después James también se introdujo - Mírame - Su voz irradiaba poder - No se te permite estar cerca de otro hombre que no sea yo ¿Me entiendes? - Sus manos habían agarrado la barbilla de la mujer ejerciendo
ro.- Sé buena chica - James beso a la fue
san parecía adolorid
antes de que abriera la puerta del vehículo el hombre le había ent
lpable, quizás la manera en la que ella lo esté logr
bservaba cómo los pasos
Andrés no me sirve y sé que la familia Park no te dejaría ir fácilmente - El hombre volvió a marcar el número de alguien -. Te la encargó enséñale lo necesario es tu misión,
a destino- ¿Tú eres Susan? - La voz
n dejó escap
recha de James, así que tú estás en mi cargo - La mujer era agrad
ndra había visto un potencial en ella y aquello era espectacular para la mujer además de notar la mi
aldas ya esperan por el único Médico capaz de encontrar la cura a E
ra exclusiv
a Doctora observándolo
con indiferencia y con su mi
ctor? - Preguntó la muj
a llegar a la Habitación de Bianca Lefebvre, el rostro pálido de la joven hizo que el corazón del doctor
ón del hombre era imposible de pasar por alto, incluso alguien que n
mes Campbell, y ser