Bailarinas anarquistas
gritos insoportables que le helaban el alma, le recorría un sabor amargo por la garganta y el estómago estaba tan tenso que no fluía ni refluía nada, entonces se acercaba a la ventana porque sí, habí
presente, rozando la ventana apenas con la palma de su mano y las lágrimas que caían sobre sus mejillas, la sangre continuaba extendiéndose por el suelo hasta que venían do
se estremeció y también dijeron que dos nenes habían quedado sin madre. De allí en más, Té continuó con las mismas pesadillas, por lo cual, pensó que podía ayudar, en vez de acudir a la policía porque las risas iban a ser inf
advertirles, pero algunas mujeres amaban demasiado bajo el control y la sumisión a sus maridos que no querían separarse. El nombre Té dulce se hizo más bien un ícono, como una santa a la cual se acude para que te conceda un milagro, como quien e