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AMOR PROHIBIDO

Capítulo 7 7

Palabras:1175    |    Actualizado en: 10/09/2024

as aún lo recuerdan como un gran Duque. La gente aún me abre sus puertas pese a mi marcada falta de presencia. Y Priscila y su hermano han venido aquí para participar en la temp

s chispeantes d

ue ayudaba a las personas en lo que podía

ué te referías al decir tu «falta de presencia»? Veo que sigues si

e hacia la joven que estaba

González, hija del vizconde de Carslon, que ha venido aquí con sus padres y su hermano para

ta -que no debía tener más de dieciocho años, pensó Diego -

udar a la muchacha y contemplarla con admiración -e imagino que vosotros también. Y mi perrita está impaciente por buscar nuevos árboles que o

odemos volver a perderte después de haberte encontrado, Lorena. Mi esposa y yo hemos invitado a unos amigos a Baja Vista pasado

serías el primero en casarte, kenedit, pero lo has hecho. Bien, Sharloth es una mujer afortunada de tener un marido tan apuesto y encant

e nuevo mientras agit

-Rescindiré la invitación que te he hecho si piensas e

ndo -Mis labios están sel

n formal. Imagino que estará muy ocupada para venir a visita

caso contrario, será un placer pasar a re

al gobierno no se le ocurrió concederme. Quizá si Francisco hubiera ayudado a un príncipe... Pero pobre Francis

término de la velada -dijo D

nadie. Siempre eran los demás quienes le imponían a ella la suya. A ninguno de ellos se le había ocurrido pre

; siempre tuvo el mejor sentido del humor que he conocido en una mujer, y en un hombre. En cualquier caso, recuerdo haber

sado más tiempo en Nueva Esparta que vosotros. Y nunca me había encontr

harloth -dijo Kenedit -Cr

ía tenido ese efecto sobre los hombres que la rodeaban. Siempre hacía que un día pareciese más alegre, aunque quizá no fueran conscientes de qué o quién hacía que se si

Era un hombre soltero y de pronto se le ocurrió que ella ahora también lo era y no sería decoroso que se cartearan. Pero no se había olvidado de ella

en la misma casa. Se alegraba de comprobar que no había perdido el contacto con ella y que volvería a verla. Pero eso sería dentro de do

s chicas. Pero Raid estaría mejor informado y elegiría el lugar más adecuado. Experimentó un gran placer al pensar en lo que la noche le depararía. Y se negaba rotundamente a reaccionar a sus alegres expectativas como

una mañana dedicada a leer los periódicos y

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