El ardiente capricho de la CEO.
ndo
que de bomberos d
tado de la cama."- esta va a ser la frase que me voy a repetir más
abitación de jefe de la unidad dos de parque de bomberos del distrito doce de la ciud
z, y mi madre era, hasta que conoció a mi padre, lo que mi abuelo llama "gringa pelos de elote", ósea, mi madre había nacido en una familia norteamericana, rica de M
grito en el cielo cuando mi madre les habló del hombre del que estaba enamorada, un "chicano" bombero, recién
nco años, intervino en un incendio que se produjo en una de las aulas de la universidad bostoniana a la que asistía mi madre, al parecer mi padre, y
s", según nos contó mi madre sus quejas airadas murieron en su boca al ver como un moreno mexicano, atractivo, de ojos oscuros como la noche, y más fuerte que hércules,
e eso fue lo único que le quedó a mi madre de su época de niña rica, siempre quiere salirse con la suya. El acoso de todo tipo que recibió mi padre fue implacable, se puede decir que se enamoró de mi madre, por cansancio, o porqu
le nada a sus padres, volvió a su último año de su diplomatura de la universidad en diseños gráfico, como si nada hubiera pasado, para no regresar nunca más
a reeducación de mi abuela, que la tomo bajo sus alas, convirtiéndola en la madre
sus dos hijas, gemelas y solteras, de veintidós años, recién salidas de la universidad, una de ellas, Megan, con un buen trabajo estable, as
cita a ciegas que de seguro habrá montado con las hijas casaderas de alguna de sus amigas o conocidas, todo vale para esa
vos rancheros, guajolotas, tamales y tacos, un auténtico desayuno de Veracruz, tal como le enseñó mi abuela, mientras mi hermana Megan, que libraba hoy, servía el desayuno a los ocho bomberos de mi unidad,
n suspiro de desesperación, mientras apartaba a mi hermana cogiéndola en peso de la cadera con un solo brazo, como cuando éramos pequeños
e suelte!"- se quejaba la tonta de Megan, colgando de
ser más educado con ella?, así no conseguirás una mujer en la
mi reloj, con la mano libre que me quedaba, ya que otro lo tenía ocupado sosteniendo de manera nada educada, a una veinteañera llor
ra, que lo era, quizás la mejor, gracias a que mi abuela la educó como a una hija más, cuando se casó con mi padre, sino porque también, se libraban, mientr
o puedo darte una tunda, Brandon Miguel Hernández, como cuando eras un crio, o crees que me olvidado como usar mi "chola"."- me dijo mi madre amenazándome co
la única persona razonable en mi familia, aunque habiendo elegido a la mujer que e
a de ..."- no pude acabar, tuve que esquivar una espátula de manera que salió, volando certeramente, hacia mi ca
Voy a buscarlas. Hijo, ¿Sabes que esto terminará cuando encuent
posible, abandonado el comedor de descanso, que quedó vació, con comida a medio comer, el fuego aún encendido, el café caliente en las cafeteras, y dos mujeres acostumbradas a que esto pasara, que apenas miraron como desaparecíamos, al mismo tiempo que una de el
sa, tras soltarla bruscamente del brazo de su hermano mayor, al que estaba
l el InterContinental Boston IHG, al parecer se había producido un incendio en la última planta, ya aunque el sistema anti incendios había funcionado para que no se expandiera otras plantas,