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Todo para tenerte

Capítulo 3 Volviendo a casa

Palabras:1321    |    Actualizado en: 18/09/2024

rese

tanto tiempo. Poco a poco el entorno se fue tornando más conocido las calles por las que había pasado tantas veces, las cafeterías que solía frecuentar, no sabía cómo, pero iba camino a su casa, a pesar de que nunca le había comentado la dirección al chófer del jeep; curiosa le regaló una mirada al hombre a su lado. No

amientos, sorprendida observó por la ventana para darse cuenta d

ella mientras se disponía a salir del

uí? Puedo llevarte después al

uro de ser lo que tú empresa está buscando, pero prometo ponerme pronto en cont

Owen – avísame si nec

s de granito mientras sus dedos acariciaban el frío metal de la baranda. Se imaginó el último tramo antes de por fin saltar frente a la puerta de la casa mientras gritaba sorpresa a su madre sentada en la sala viendo la televisión. En diversos

el cabello un poco más blanco con algunas canas decorándolo y algunas arrugas en su rostro, pero su innegable belleza seguía ahí. Cuando Mía vio a su hija se quedó congelada un segundo y Davina por primera vez consideró el rec

día ver los engranajes del celebro de su madre trabajando a toda marcha - no deber

intento in

tendré que sacar los

insistió

a nuevo, seguro me dan

iones - no hace falta que vendas el coche, no me escapé,

ándola contra su pecho – oh dios, no puedo creerlo, al fin todo terminó. Llorando acaricio el cabello de su pequeña y luego bruscamente la volvió a separ

ar, a parte quería

os sustos Davina... - la voz de Mia fue interrumpida por una peq

la niña de n

brazos y camino hacia Davina- Denise, ella es tu hermana Davina, recuerdas te hable de ella antes, te dije que estaba en un lugar

a su madre sosteniendo en brazos una versión miniatura suya. La pequeña tenía el cabello negro y lacio como el suyo, pero su piel era unos tonos más claros, unos ojos color café grandes y expresivos y unas mejillas rosas y regordetas y Davina supo desde el primer mome

os a comer algo, debes estar

sobre una mesita en la sala. Los antiguos muebles estilo colonial, habían sido sustituidos por un moderno sofá en forma de L y un sillón de masajes. Davina siguió a su madre hasta el comedor y se asombró al ver que la estructura había cambiado, la pared que dividía la cocina del comedor había desaparecido y una

vez que ves la

aba un pedazo de queso que su madre había cort

ntaba robar comida y su madre la reñía, pero eran las acciones entre una madre y su hija adolescente de 16 años, Davina ya no era aque

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