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Ya no me duele

Capítulo 3 Clínica de cirugía plástica

Palabras:1813    |    Actualizado en: 27/09/2024

s, vi un edificio moderno y recién renovado. Las paredes eran de un azul claro, brillantes, casi estériles, como

o se la podía considerar mayor. Su rostro parecía casi perfecto: rasgos simétricos, líneas delicadas, pero su mirad

sonrisa, de la cual no sentí ni calidez ni tranquilidad. -

uilidad había algo más: control, seguridad. En sus manos, yo era simplemente un objeto pa

os papeles. - Hoy lo haremos todo. Pero por ahora, desca

r a medicamentos, había flores por todas partes, y la cama parecía una cama de casa, no una de hospital. Había un televisor en la habitac

r, lejos, donde la clínica, los doctores y todo lo que me rodeaba parecían irreales. Veía l

tro de mí. La sala de operaciones estaba demasiado llena para un lugar como este. Me detuve en la puerta, observando a varios jóvenes, c

rdo, pero en ese momento parecía completamente real. Como si todas esas personas hubieran venido aquí para desarmarme peda

te, haciendo todo lo que me decían. Me pusieron una bata blanca y me acostaron en la mesa, como si fuera parte de algún progr

ubir desde dentro. Me hizo una inyección en la vena, y supe que casi no me quedaba tiempo. El sueño se

e Angelina Aleksándrovna, sosteniéndo

desdibujarse ante mis ojos. Cuatro. Cinco. Mi cuerpo se sentía como si se estuviera sumergiendo en agua. Seis. Siete. Intent

desap

cabeza esas extrañas palabras sobre la nariz que me había dicho Borja antes de la operación. Mi cuerpo se movía casi por sí solo, revisando si algo raro había pasado. Pero al tocar la venda en mi

en la habitación, esa misma mujer de mira

- preguntó con una ligera burla, pe

ue todo había salido bien me descolocaba un poco. Aún sentía restos d

nuó, levantando una ceja, - y verás por

hice una ligera mueca, sintiendo cómo la ven

añadió mientras me observaba con una mirada profesional, como si yo

nté, soltando la duda

za que hacía parecer que todo aquello er

siguiente me quitó la venda, vi que la fea cicatriz irregular que antes sobresalía en mi mejilla se había convertido en una fina línea ro

sfecha con el resultado, como un artista q

tó al notar que no podía a

el porqué de todo esto. Toda esta extraña historia de la operación me parecía algo inc

trabajo y no dejaba espacio para dudas de que todo había salido como debía. Mient

únte cualquiera. Su cabello ya estaba salpicado de canas y su rostro tenía esa expresión semiamistosa, pero con un toque de cansancio.

ación. Se veía tan compuesta como siempre, pero había en su mirada un destello de reproche irr

mento. - Estaba segura de que vendrías enseguida. Pero podrías haberme esperado h

ión. Su tono, pese al disgusto, tenía una familiaridad ligera, como

como si no fuera solo una paciente, sino una obra de arte que había venido a evaluar. Su mirada estaba fi

de orgullo. - ¿No parece un ángel? Labios carnosos, nariz recta, ojos azules... ¡Un color celeste encantador! Y

a atención que ponían en mi rostro, sus conversaciones que parecían tener lugar a mi alrededor, pero que,

n la que había vivido. Mi rostro, que antes era solo una máscara de dolor y miedo, ahora se había convertid

etrante que sentía que leía cada rasgo, cada cicatriz de mi cara, tratando de descifrar todos mis secretos. Su atención me hacía encogerme involuntariamente,

ló, sin apartar los ojos de mí, dirigiéndose a Angelina Aleksándrovna. Su voz estaba llena de horror an

i gracias a él hubiera evitado algo terrible. Todo lo que decía sonaba como un elogio hacia sí mismo, y solo

igera, como si aquel fuera un cumplido común

lón, pero con esa nota de orgullo que indicab

bras pasaban de largo, el diálogo sucedía

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1 Capítulo 1 Aparición de Félix2 Capítulo 2 ¿Quién de nosotros está más perdido 3 Capítulo 3 Clínica de cirugía plástica4 Capítulo 4 Adiós, psiquiátrico5 Capítulo 5 Difícilmente se le puede llamar un jardín6 Capítulo 6 ¿Todo se reduce a los bienes materiales 7 Capítulo 7 Me quedé bajo8 Capítulo 8 Y inevitablemente cae la noche9 Capítulo 9 Los recuerdos de la clínica10 Capítulo 10 Estuve en el lugar y momento equivocados11 Capítulo 11 ¿Fría o caliente 12 Capítulo 12 Encuentro con Lana13 Capítulo 13 Mientras sigamos siendo de su interés14 Capítulo 14 Es solo una pesadilla nocturna15 Capítulo 15 Solo mi paranoia16 Capítulo 16 Nuestros días tranquilos17 Capítulo 17 Esto ayuda a silenciar el dolor18 Capítulo 18 Se habían convertido en una masa repugnante19 Capítulo 19 Al menos lo intentaste20 Capítulo 20 Mis dedos se ponen blancos por la tensión21 Capítulo 21 Ni siquiera somos amigas22 Capítulo 22 Incapaz de cambiar nada23 Capítulo 23 Esa confianza en sí mismo me exasperaba24 Capítulo 24 Era una risa a través del dolor25 Capítulo 25 ¿A quién más han traído los demonios 26 Capítulo 26 Psicólogo con cara de extraterrestre27 Capítulo 27 Ellos alguna vez estuvieron vivos28 Capítulo 28 Y para mí se detuvo29 Capítulo 29 Esto es mi culpa30 Capítulo 30 La ceniza sigue cayendo31 Capítulo 31 El papel de la alumna invisible32 Capítulo 32 Culpable de su muerte33 Capítulo 33 Mi primer amor34 Capítulo 34 Contando las horas y los minutos35 Capítulo 35 Me expulsó de su vida36 Capítulo 36 Solo figuras del pasado37 Capítulo 37 Su corazón no lo soportó38 Capítulo 38 Incluso después del tiempo39 Capítulo 39 En manos de cuatro maníacos40 Capítulo 40 Como si los sonidos y colores se hubieran ido41 Capítulo 41 El mordisco infernal me paralizó42 Capítulo 42 La sangre caliente del animal43 Capítulo 43 ¡No fuiste tú a quien las ratas devoraron viva!44 Capítulo 44 Quemar todo hasta las cenizas45 Capítulo 45 El momento de cercanía familiar46 Capítulo 46 Es un regalo muy valioso47 Capítulo 47 Algo no dicho colgaba en el aire48 Capítulo 48 A veces hay días así, llenos de luz49 Capítulo 49 Mi cariñosa hermanita mayor50 Capítulo 50 Su silencio era más pesado que las palabras51 Capítulo 51 No me sientas lástima52 Capítulo 52 Deja de buscar a mamá53 Capítulo 53 No le diré nada a nadie54 Capítulo 54 Nadie quiere vivir en una jaula55 Capítulo 55 Ella ya había aceptado lo que sucedía desde hace tiempo56 Capítulo 56 ¡Esto es tan injusto!57 Capítulo 57 Es solo un baile58 Capítulo 58 Tú vuelves locos a los hombres borrachos59 Capítulo 59 Así que mejor que se mantenga callado60 Capítulo 60 La ira hacia mí misma me daba fuerzas61 Capítulo 61 Una salida fallida al club62 Capítulo 62 Necesitábamos encontrar la salida63 Capítulo 63 Nadie nos dejaría ir64 Capítulo 64 ¿Por qué me hizo esto 65 Capítulo 65 Ahora siempre será así66 Capítulo 66 Él me compró67 Capítulo 67 Nunca más hagas eso68 Capítulo 68 El breve momento de tranquilidad llegó a su fin69 Capítulo 69 Él es un verdadero demonio70 Capítulo 70 Discoteca nocturna improvisada71 Capítulo 71 Nuestro monstruo no es eterno72 Capítulo 72 A una al burdel y a la otra al manicomio73 Capítulo 73 Pasaremos por esto juntas74 Capítulo 74 ¡¿Cómo pudo hacerme esto !75 Capítulo 75 Vamos, solo respira...76 Capítulo 76 Mi vida es un maldito reality show77 Capítulo 77 Todo se fundió en un caos78 Capítulo 78 Y eso me parecía más que suficiente79 Capítulo 79 La carta de despedida80 Capítulo 80 Buenos días, hermanita81 Capítulo 81 Gracias por estar a mi lado