La Prometida Impuesta Del CEO
co
los alemanes, mira –Me mostró un artículo donde la McLaren mostraba el boceto de mi sedan como su próx
e diera un respingo. – ¿Cómo mierdas pasó esto? ¡SOLO TÚ Y YO CONOCIAMOS EL
pero que no pienses que fui yo Jacob –Expresó indi
emanes no piensen que quisimos jugarle una pasada, primero trata de convencerlos para enseñarle otro diseño me compro
n no resultaba iba a tener que aceptar la absurda idea del matrimonio que mi madre estaba planeando, si los alemanes dicen que no, mi empre
..
cido, arrugué de nuevo la hoja de papel al no estar convencido de lo que había dibujado, me recliné sobre mi silla cerrando los ojos inhalando y exhalando, cuando escucho l
signado. –Voy a pelearle el puesto a mi pr
por un lado a Ronie, necesitaba
acompañe? –Pregunt
iero est
..
or, estoy de pie con los pies firmemente plantados en la lona, sintiendo la textura rugosa bajo mis zapatillas y mis manos están envueltas en vendas, listas para
irando hondo, la satisfacción de haber superado mis límites me inundan, le doy guantazo a mi entrenador que se baja rápidamente, le di una paliza, en
o mi celular en mi casiller
espondo co
ríncipe? –Ese tono meloso ya m
edirme madre? –Sol
nseguir a alguien que te guste cariño –Suplicó desde el otro
rección –Pegó un grito de
opinión, te escribo con la direc
ana sigu
e no es mi estilo, por otro lado Ronie tenía razón, debe ser una niña mimada que le gusta gastar y gastar, pero ya estoy aquí este
ejor actua
ali
por completo, sin embargo el seguro de la puerta no me dio la suficiente confianza para dormir, hice un
pero solo le dije que eran los nervios, por suerte mi tío anoche no volvió a intentar a entr
alisé el vestido estampado escogido por mi tía y salí de la habitación, mientras me acercaba a las escalera
captaron en el sofá a una mujer muy elegante se podría decir que tiene la misma edad que mi tía, pero mejor conservada, tenía un
u mano sonriendo con amabilidad. –Además eres preci
a señora Morgan –Sonreí
ta –Sonreí sin separar mis labios, en ese momento la voz gruesa y ronca de un hombre interrum
e quiero madre
en definidos le daban un aire de distinción casi aristocrática, lo vi acercarse y de inmediato su presencia me dejó sin aliento era como si el aire a su alrededor se volviera más denso, cargado de una energía que atraía todas las miradas, su figura, alta y esbelta, irradiaba confianza; cada paso que daba re