VENDIDA COMO ESPOSA AL MAFIOSO
ombardo, sintiendo la presión de llevar el peso del negocio casi por completo solo, ya que su padre no daba señales de vida. Junto con Elliot, estaba al frente de la organización criminal, ademá
ó con Elliot en el ce
n poco distraído -comentó
a, y eso me tiene inquieto -respondió Max, pasándo
derado aumentar la seguridad
Mi padre no está aquí y no puedo permitir que esto se desco
o. Necesitas un equilibrio. ¿Y Abigail? -p
siento como si estuviera fallando como esposo-d
veces, esos pequeños gestos marcan una gran diferencia.
o consuma todo mi tiempo-asintió Max, sintiend
frentar el día, decidido a encontrar un equilib
el equipo que lideraba. Samuel
tinuar. -Un enemigo que quiere verte muerto ha llegado. Se llama Peter Anderson,
a tensión en la
, manteniendo la calma a pesar
cia. Si no actuamos rápido, podría arruinar nuest
tado escuchando ate
protegernos, sino también para salvaguardar la org
sintió y
alto a una joyería exclusiva y lujosa. No p
-preguntó Max, dirigie
un plan de contingencia. Además, deberíamos considerar movernos a un
eter está detrás de todo esto, debemos enviar un mensaje claro
s sobre él y a preparar un plan-decidió Max, sintiendo que
e preparó para enfrentar la amenaza, decidido a mantener s
*
na llamada de Abigail, cuya voz tembl
n problema... Lo golpearon en la salida de un b
ya tenía en su complicada vida. A pesar de que le había vendido a Abigail para sa
-preguntó Max, tratan
No sé qué hacer... -respondió
Max, sintiendo una punzada de compasión. Sabía que debía deja
la sala de espera con los ojos llenos de l
il. Haré todo lo posibl
la situación. - No sé qué haría sin ti-
brumado por la carga de sus responsabilidades, pero tambié
*
estaba embarazada. Después de que la resaca comenzara a disiparse, decidió sentarse con Abigail en el jardín a conversar. Mientras miraba a su hija
lo sient
guir así. Tu vida no puede girar en torno a la bebida y l
rada, sintiendo el
ero estoy tratando de cambiar, de ser me
o te importa nada más que tus problemas
o estar aquí para ti, para el bebé... -Timothy
o miró, s
s... eso? -preguntó,
bien? -preguntó Timothy, sintiendo un
tés. No puedo cargar con tus problemas y los míos al
cambiar. Sabía que debía hacer un es
tuyó que había elegido a un marido que, al menos en apariencia, la mantenía a salvo. Sin embargo, Timothy desconocía que Max tenía serios vínculos con la mafia y lideraba una red delictiva. También ignoraba cómo se había
il, tratando de romper el silencio tenso entre ellos. -Per
intiendo una punza
me pregunto si realmente estás feliz con
todo ha sido muy rápido, siento que puedo confiar en é
endo el ceño. -Hay cosas que yo no sé y me
, sintiendo el peso de
ha hecho cosas de las que no estoy orgullosa, pero... -dijo, buscando
ó que su cora
quiero que repitas mis errores. Si hay al
o que confíes en mí y en mis decisiones -dijo Abigail,
que estaba dispuesta a compartir. La preocupación lo invadía, pero también el deseo