VENDIDA COMO ESPOSA AL MAFIOSO
ndo ella abrió la puerta, no pudo contenerse y la besó con una pasión desenfrenada, como si cada beso fuera un intento de borrar el
on picardía. Sabía que el lobo hambriento que habitaba en M
on voz seductora. -Estoy disponible para ti en todo
frenesí, dejando que la química que existía entre ellos los consumiera por completo. Cada roce,
vado hasta allí. Sin embargo, Elisa lo detuvo con una sonrisa astuta, sirviéndole un trago doble para ayudarlo a relajarse. Mientras él tomaba
e preguntó por qué estaba tan furioso e intenso. En lugar de eso
para ti. La vida es demasiado corta para estar tan tenso -d
nsamientos, sintió cómo la calidez
n un susurro, dejando que un peque
ail antes de lo que ella imaginaba. La idea de que el lobo hambrient
jo, mientras continuaba con el masaje, disfrut
*
da. Norah, la ama de llaves, que dormía en la planta de arriba, se despertó temprano al escuchar el ruido de
-preguntó Norah, con s
rada y no puedo salir - respondió Abigail, sin
ah, tratando de mantener la calma mientras buscaba la l
o un leve alivio al saber que N
aquí -murmuró, mientras esperaba con i
lave en la cerradura cuando, de repente, Max apareció en la escen
erta! -gritó Max, y su v
a él, decidida a enf
ail está atrapada y necesita
o, la voz de Abigail se al
quenme! ¡Abre l
agitado, intentó m
cosas que no entiendes.
en su decis
estás dejando encerrada. Ella no
do la discusión,
¡Déjame salir! ¡
orralado, miró a No
ndo por tu propio
n dudar,
il sufre. Voy a abrir esta puerta -y, con determinac
ah de un golpe, evitando que pudiera abrir la puerta. Norah, sintiéndose tra
rrada? Estábamos llevando las cosas mejor -le dijo
er articular una respuesta
telo, Norah. Simpl
e entender la gravedad d
hecho nada malo. Necesito que me
en silencio. Finalmente, sin ofrecer ninguna explicaci
a habitación de Abigail. Nadie debe
da, lo miró co
s justo. No pue
ia ella, sin ofrecer más palabras. La tensión en el aire era palp
e ocultaba su insegurid
Esto es un problema entre Abigail y yo. Ella ese rompía al escuchar esas pal
y, además, está embarazada. No puedes simplement
ño e intentó mant
ay cosas que no entiendes.
s? -insistió Norah, con la voz temblándole de emoción. -Abigail no es un ene
do por la insistencia de
guro. No puedo permitir q
ar que el miedo te controle. Abigail está pasando por un momento crítico, y tú e
ado por las palabras de
iesgarme, Nor
quedarme de brazos cruzados. Necesito que entiendas que esto no es solo un problema en
o, luchando con sus propios demonios mientras Norah lo miraba,