Colin (Bilogía King II)
ezando a emerger y de eso modo a revolcar todo en mi interior. Son solo los nervios los que me tienen apretando como nunca las nalgas para que ni un viento se me pueda ll
al espejo, deslizando la yema de los dedos por el encaje del vestido-
ción para no arruinar el peinado. Retoqué el brillo rosa de m
ndo maravillada por lo hermosa y radiante qu
el cual devolví con la misma fuerza y la misma nostalgia-. Me s
a otra vida, Amelia. Estaremos unidas por mucho tiempo - mis ojos se llenaron de lágrimas al igual que los suyos-. Mereces toda esta felicidad que ahora tienes y te está esperando bajo el alta
i corazón y haciéndome dar cuenta que el amor por sus padres sigu
on vida, puedes ir a visitarla cuando estés lista de hacerlo. Yo misma te acompañaré cuando sea el momento, pero no te s
tan t
o en la sangre algo que no me permite perdonar u olvidar tan fácilmente. Tú tienes un
o hoy. Te quiero mucho, c
el ADN diferente no
a nariz mientras trataba de arreg
e que haga tantos maquill
es eso
r de minutos para hacer de un desastre una obra divina de arte - la abracé una últim
ista,
o fue m
iglesia. Incluso Amelia no está tan nerviosa como yo sí me encuentro. Y es que el momento que tanto estaba evitando, por fin ha llegad
a atacarme ferozmente en la panza. Cada paso que vamos dando hacia los
mi vida? La ansiosa Emma me gri
is fotos y dejé alguna que otra de Medellín y otras de Milán y Londres, pero en ninguna de ellas se ve mi
frente a nosotras. Los pocos invitados se pusieron de pie para darle la entra
osidad o ese lado interno que muere por devorarlo me ganó. Levanté la mirada justo a medio camino, quedando más enculada y perdida que nunca en
s anchos y grandes y ese traje formal que le queda brutal. Sus labios se ven incluso más apetecibles y carnosos que en fotos. Su mirada es igual de intimidante y chispeante, pero tiene un toque de frialdad que me tiene delirando
ija en mí. Mis piernas temblaron sin control y mi corazón martilló tan fuerte que creí se saldría despavorido de mi pecho. También sentí mis mejillas arder de vergüenza y sin razón. Me mantuvo la mirada por u
iste, ¿
rmuré igual d
dijiste la verda
no me salieron y lo dejé por la paz. Es más, a
d de decirle ahora qu
er
a la mirada insistente de Colin. Me hizo una seña con las manos que no entendí, pero se me hizo que dibujaba en el aire mis tetas y por eso las miré confundida y
decirme algo con el movimiento lento de su boca, provocándome un sinfín de pensamientos
a? Aunque todo indica que me está provocando; y, siendo sinceros, caliente
os se desviaban por sí solos hacia él, pillándolo más de una vez viéndome
l estado, yo los declaro marido
cuando pusieron sus alianzas ni mucho menos cuando sellaron su unión con un «Sí acept
me pegó a ella y Harper hizo lo mismo con Colin-. Ella es E
cibido, sé perfectamente a lo que está jugando
la que me dejó en estado de ebriedad-. La que me tiene en sus manos con esa comida tan deliciosa que prepara. No es mome
pero una voz que nunca en mi vida sería capaz
giramos la cabeza hacia ella, sorprendidos por su presencia-. No quiero molestar a nadie, tam
lo que lo ha hecho sufrir? Fue lo primero que vino a mi mente, alterando a mi corazón en espera de una rea