Esposa Virgen del Millonario
día l
te en su sistema. La lencería a su medida la hizo sentir asqueada. ¿Qué es lo que pasaba con ella? La presión era grande, aún así se empujó a seguir adelante. No tenía o
o otra persona la que ocupaba aquel lugar. Se repetía vez tras v
r, a nada de ser desvirgada por ese espécimen de hombre. Cuando entró al auto, el perfume del aludido
que te compré debajo de
S
llevaré al cielo, ya lo vas a ver -le guiñó un ojo antes d
ncia completamente nueva para la muchacha, aún así verla sin el a
n cuerpo perfect
ínea de Victoria. En aquellos rincones que nunca antes nadie
el contrato, la llevó a la c
o, las ganas de huir incrementaron, era grande demasiado fornido y sen
r el hilo de su propia respiración convirtiéndose irregular. No podía con tanto y todo lo que estaba experimentando la aturdía. Gimió cuando
por semejante hombre. Terminaron exhaustos, ella con un dolor punza
ientras trataba de recuperar la respira
as no le salían de su boca se había quedado muda. Timidez a mil, eso sentía. Re
inquirió al rato, sintiendo que
a Al final era el objetivo de aquel hombre, la razón por la que se había hecho el desat
te no tengo problema. No me voy a quedar, iré a casa, tú puedes pasar la
omo si fuera un objeto. Por supuesto que así la veía, ya cumplido s
o ir, no voy a pa
al entrar, lo mejor es ser más cuidadosos y así evit
bre admitía que la joven eran muy guapa, incluso con to
solo una joven a la que no debía darle la mínima importancia, salvo por ser la madre de su futuro hi
rse totalmente dormida. Al siguiente día se despertó por los rayos de luz que se colaron a través de los enormes ventanales que tenía la habitación. Apretó l
asado una noche distinta marcando un antes y un después en su vida. No quería tomarla,
ué
toria. Primero sa
u
de camin
asaría a recoger.
jiste anoche que envi
asegurar que no has salido. Así q
de lo que he firmado dice que me vas a manejar a tu
ás embarazada y eso ya es una razón de peso que me da
casa sin necesidad de que tú me lleves, y a
o un favor, es una o
yera con el derecho de hacer lo que le daba la gana con el
derla por ese tipo y su demandante forma de ser
rado, no le sorprendía que tuviera varios coches. Así que supuso que sería ese, al irse acercando sonó un claxon, por lo que confirmó que s