Juego de Venganza y Placer
a
onara esa loca idea, acabé cediendo, porque prefería estar a su lado en esa locur
liques mejor cómo f
era seguir el dicho que dice: "Si n
subasta durante veinticuatro horas y, tras ese período, quien haya hecho la oferta m
o falas de esto con
der su virginidad con un desconocido, por dinero, solo para intentar manten
era realidad. Pasé todo el sábado buscando un lugar para que nosotras viviéramos, y
e no nos quedamos completamente sin techo, al menos no de inmediato. Sin embargo, la cantidad era mínima y era
e yo consideraba extremadamente absurdo, y el hecho de que tal posibilidad existiera m
os más que nuestro padre y falleció a los sesenta y cuatro años debido a complicaciones de un
ue mi hermana tenía algo de razón al decir que Patrick Mitchell había sido muy irresponsable por dejarnos en una situació
spués de finalmente encontrar un pequeño apartamento asequible, cuando Rachel entró
s millones de dólar
la se había ofrecido a hacer y conecté los puntos, dándome cuenta de que esa
seguir adelante c
de conseguir esos dó
ue conducía al piso superior de nuestra casa, y la escena pareció afectarla, porque pronto fue
re sollozos-. ¿Cómo es posible que nos hayamos vuelto
to, dejando que mis propias lágrima
queñas. Cuando Rachel parecía un poco más tranquila, se soltó de mis brazos y me miró con l
do soportar ver cómo nue
tos, salió de nuevo y me dejó allí para resolverlo todo sola. Lamenté nue
ch
mantuvo a mi lado tras la pérdida repentina de mi estatus de heredera, ella me convenció
ugar -explicó Shirley-.
-Me interesé muc
ño y lleva poco tiempo aquí. No te ilusiones, porque siempre tie
iscoteca, concluí que tenía razón. La chica se llamaba Bruna y no se despegaba del tipo e
as podía pensar con claridad en nada. Ni siquiera sé con qu
extraño perturbador que podría arruinar todos mis planes de vida. Claramente no
esitas
e al espejo y me di cuenta de que
asta yo me di cuenta de lo confu
riendo enseguida-. ¿Quieres quedarte un rato conmig
ntró al baño y era eviden
Bruna-. Vamos de regreso al bar. Ese
negar nada en ese momento, p
no regrese al bar, Shirl
uenta de que Shirley hablaba de maner
nsano que, aunque no podía pensar con claridad en ese momento, tenía la verdadera
e -dije de manera vacil
s? -sugirió, su sonrisa d
n... mis pla
mor de mi vida -dijo, su rostro a pocos c
, fue imposible mantener la cord