Engaño y Venganza. Una esposa tonta para el millonario
da a la mansión a la fuerza, donde su madr
se dibuja una sonrisa ladina por la sa
-¡Estás mal de la casa!- la señala con disgus
olor que le ha hecho sentir. -¡Lleven a Ada a su habitación y la cierran con llave!- ordena Sonia y en eso se ac
l es relajada, la de ella es rencorosa y más al ver como deja un cas
!- es sentenciada por su padre, mientras se quita el blazer, está tan eufórico que si
a se acerca a su esposo para darle un gesto de cariño, pero es r
razón. Un ardor de m****a que la está consumiendo -¡Fuera, no quiero verte desagradecida!- señala hacia las escaleras y l
ta distancia puede sentir sus malas vibras, y sin más, sube las escaleras, sin
tocador, dónde corre rápidamente y abre los primeros cajones para agarrar las joyas de valor y para su sorpresa no están. Las joyas que hered
erda al hombre de la clínica, con el cual tuvo que fingir que era su prometida, y en ese recuerdo, viene el del anillo
ombre, que no se percató cuando abrieron la puerta, y es nada más
acercándose, dando cada paso con firmeza haciend
intenta quitarlo, pero Bi
ada ¿Cuál será el príncipe que te a rescatar hermanita?- pregunta y luego esboza una sonrisa maléfica -¡Nadie! Eres fea y nadie te va a querer. Si Jacobo se aburrió de ti por tu estúpida obse
rías, ahora dame el anillo
o eres la Ada que se creía superior a los demás tan solo por tener una mente de nerd,
a!- se acerca, per
por tu culpa se me contagia lo to
ente orgulloso- al decirlo, cierra la puerta y luego le pone seguro, Ada empieza a golpear la puerta
vamente al sentirse encerrada en el mismo l
do, son dos pisos de altura, sin embargo, prefiere mori
staba siendo ágil, las fuerzas de sus manos se agotaron para seguir sosteniéndose el orillo de la pared decorativa, por poco cae, pero ella no se r
o sabe que no puede quedarse mucho tiempo en el suelo,
e intensificó más en su tobillo. Y lo peor es que no se pudo comunicar con su amiga, ahora le toca camin
problemas! ¿¡Por qué!?- se queja, por lo
y. Sus pensamientos se esfuman cuando escucha un autor acercarse y son los escoltas de su padre que