Ascenso hacia el trono de dragón
mente atractivo con ojos brillantes y cejas elegantes! Cuando Rocky se miró en el espejo, no podía creer lo que
de irnos!" la voz de la cr
ino ", Rocky se dio la vuelta
neral, solo hablaba a los demás en voz baja y mantenía la cabeza baja al caminar a cualquier lugar. Pero ahora, él parecía muy diferente.
eantes de la torre, vieron una calle ancha y llana. Había todo tipo de edificios magníficos a ambos lados.
s carruajes rodeados por algunos guardias. To
abía visto. Cuando los miró con una expresión tranquila en su rostr
cho en el futuro', Rocky solo sonrió con
nífico salón. El diseño de esta sala fue muy singular. En la parte delantera había una escalera, que tenía diez escalones que conducían a una plataforma redonda en la parte superior. Rocky no sabía
ue el símbolo más alto del imperio. Según el árbol genealógico real, representaba un poder infinit
o horizontal sobre su cabeza, en el que esta
obles llegaron con todas sus galas. Estaban caminando entre la multitud, hablando
n el pasillo. Le dispararon miradas desdeñosas a Rocky m
cudía ligeramente la cabeza. Pero no le import
anterior, y su boca comenzó a hacer agua. Llevó algo de comida a la esquina y encontró una mesa. Estaba comie
ral o no. Incluso si Shirley usara el material para dar forma a su cuerpo, todavía se vería como
ocky se reía, vio a Shirley ent
atractivo. Si viviera en la sociedad moderna, definitivamente sería una estrella o modelo porque el aspecto andrógino era co
ncipes y nobles jóvenes fueron a ve
bién sería una belleza. Su única desventaja es su pecho plano. Pero a ella le g
resonó en todo el Gran Salón del
extremadamente atractivos. Había un hombre extremadamente guapo de unos cincuenta años. Tenía una frente fuerte, una mirada intensa y una ceja regia. Llevaba un vestido dorado y voluminoso y una co
uponer que él era el emperador del Sacro
el sacerdote Dean. Rocky se dio cuenta de cuán alta er
ntados con diseños de dragones, al igual que la ropa de Rocky. Parecían
ena y el sacerdote Dean. Sus cejas eran tan definidas como una espada y sus ojos eran tan agudos como lo
nían quince o dieciséis años, eran mucho más fuertes que sus pares y est
legaron frente al Gran Salón del Dragón. Los treinta jóvenes rápidamente tomaron su lugar a ambos lados del pasillo, y el resto de la gente se retiró. Solo el e
na. De repente, notó que el hom
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