Perversos Deseos: Poder y Lujuria
nía que cambiar. Pero por ahora, lo único que podía hacer era tratar de dormir, de encontrar algún tipo de descanso en medio de su tormento inte
ándose con sueños confusos y fragmentados. Zoe seguía durmiendo a su lado, ajena al conflicto que desgarraba a Sean desde dentro. Y e
a sin desayunar y dirigirse directamente a la universidad. El amanecer aún teñía el cielo de tonos naranjas y rosas, creando un contraste con las calles grises de Roma que ya comrar. Observó el cambio de colores en el semáforo, intentando mantener la calma. De repente, un sonido de golpeteo en su ventanilla lo sobresaltó. Giró la cabeza rápidamente y, al
a al bar sin él? -preguntó J
ó con un tono serio, intentando
io de mala muerte y podr
te la comparación y rep
abeza, su expresió
acostumbrado a la violencia,
a denso y cada parada en los semáforos parecía alargar la distancia entre ellos y la universidad. A pesar del bullicio de la ciudad despertando, Sean no podí
iento habitual y escuchó el rugido de la motocicleta de James deteniéndose j
Sean, preocupado, mientras observaba a s
ue la noche anterior había dejado como recuerdo. Sus ojos brillaban con
respondió James con una sonrisa forzada
de la vida de ninguno de sus estudiantes. Intentó ofrecerle una palabra de aliento, pero las palabras se le quedaron atoradas en la garganta.
atender -dijo finalmente,
te de que no solo debía enseñar literatura, sino también ser una figura de apoyo para sus estudiantes. Mientras recorrían los pa
s, pero el silencio se hizo cuando el profesor entró. Sean dejó su maletín en el escritorio y comenzó a preparar el material para la clase,
temporal de la realidad. Pero la presencia de James, con sus nudillos heridos y su actitud desafiante,
onversando animadamente entre ellos. La atmósfera de la sala se fue calmando gradualmente, y el gentío exterio
erar un momento? Nec
vó cómo los últimos estudiantes salían del aula, hasta que finalmente se quedaron solos. Sean se aproximó a él con pasos medidos,
mesa. Luego, con una suavidad inusitada, tomó las manos de James. Los nudillos del joven estaban hinchados. Con movi
an, intentando iniciar una conversación que le per
la vista de Sean,
vivo c
de entender más sobre el jove
adre? ¿Dó
hasta ese momento habían mostrado una mezcla de desafío y
ittorio Carbone
hombros de Sean. Parpadeó, asimilando lo
conocía
De repente, muchas cosas comenzaron a cobrar sentido. La actitud desafiante de James, su capacidad para enfr
do por la revelación. Continuó aplicando la pomada,
o si tratara de descifrar qué pensaba realmente su profesor. El silencio entre ellos se
Sean finalmente, levantando la mirada p
la revelación no fuera tan impactante
da, profesor. No puedo c
mes. Terminó de aplicar la pomada y soltó las manos del joven, a
James, esbozando una sonri
de nuevo -respondió Sean, intentando transmitir un
y responsabilidad. Sabía que la vida de James estaba lejos de ser sencilla, y su papel como profesor ahora se sentía aún más crucial. Te