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Perversos Deseos: Poder y Lujuria

Capítulo 9 Episodio 08

Palabras:2187    |    Actualizado en: 04/11/2024

mpostura-. Tú eres homosexual, a ti te gustan los hombres, y que te si

manera en que sus palabras parecían forzadas

uando lo besé en el bar, usted pudo haberse apartado de mí, incluso golpea

James tenía razón, pero admitirlo sería cruzar

n respecto

llena de determinación-. Porque siento que usted sí desea algo más allá de

ipiente de cristal que contenía la tarta de chocolate. Las palabr

eñor Dante -dijo James,

desafiante y a la vez vulnerable en su postura, como si

a se tuerce será mi elecció

uave música de fondo se volvieron lejanas, casi irreales. Sus pensamientos giraban en torno a la conversaci

el batido de chocolate abandonado en la mesa, sabía que su v

lerado, aunque no sabía si era por la velocidad o por la ansiedad de lo que pudiera encontrar al entrar. Introdujo la llave en la cerradura y, al abrir la p

ver a Vittorio allí. Caminó hacia su madre, qu

ombre aquí? - preg

a cínica, abriendo los brazos en u

a dar un abra

sonrisa irónica,

ajo y cínico de tu parte-respondió, sent

ndose con la misma comodidad de alg

uedes necesitar de mí -dijo con un

miró con

qué es lo

desvaneció, reemplazada po

ando ese bar de m

labio, luchando por

olvidaste? -resp

queó la lengu

ro como te gusta follar pu

s, sintiendo la ira a

gamento de drogas dos veces a la semana, y quiero que metas la m

de un salto, llen

al bar por tu cuenta y pregúntale tú mismo a Arón

dora. Se puso de pie lentamente, sacando un arma de su

o no -dijo con voz gélida-. T

e. Su respiración se volvió irregular, y sus ojos se llenaron de furia y

aré lo que pides, pero si le haces daño a mi madre, no

ntamente, satisfecho con

Sabía que entendería

su corazón se rompía un poco más. Había aceptado una tarea que podía costarle

hombre dirigiéndose a la salida junto a sus hombre

la amenaza latente en cada uno de sus músculos tensos. Su madre, Sofía, se acercó con cautela, abra

ebrada por el miedo y la culpa, apretándose contra James como s

brazos alrededor de ella, como

suavidad que reservaba solo para ella-. Este hijo de puta no se iba a det

ión. Se separó suavemente de su madre, mirándola a los ojos con una pr

con resolución-.

a besó en la frente antes de girarse hacia la puerta, sabiendo que cada pa

e el rugido del vehículo ahogara momentáneamente sus pensamientos. Las calles de la ciudad pasa

rcano, apagando el motor con un suspiro profundo. Al entrar, el olor a alcohol y humo lo envolvió, familiar y reconfortante

al acercarse, su

James se sentó frente a él sin esperar invitación, y se

ito tu

inero? - pregunt

es sobr

ataba de algo mucho más serio, dejó

re aquí para sacar información s

, procesando la info

er? -preguntó, man

tes, sus ojos brillan

er a mi madre a salvo. Vittorio no se detendrá hasta obtener lo que

e, comprendiendo la gr

no y siempre me ofrece productos de la mejor calidad. - dijo Arón buscando dentro de su libreta de notas el número del proveedor. Cuando lo encontró, arrancó la esquina de la agenda y le a

demasiado bueno con lo que haces y qui

l papel y le dijo, - intento mantenerte lejos de este nego

siempre terminaba envuelto en problemas y convertía su negocio en un rin de boxeo

o con su recado. James levantó la mano en señal de saludo para que el tipo supiera que él conocía de su presencia, luego agitando la mano le sacó el dedo del medio y l

ino, el mensaje que le había enviado a su padre correría como pólvora y con una posibilidad de que este se encontrara cerca. Dejó la

gar, de pie frente a él con una expresión imp

icho? -preguntó, su v

- dijo James demora

ibido, ¿q

oción, sacó el papel doblado

seguro-. Me ha dicho que ese es su pro

, estudiándolo breveme

ión así sin más? -du

respondió James, man

cerró los ojos

erse de ti. Solo sabes buscarle pro

vía dentro de él. Apretó los

nes aquí a tocarme las pelotas? Pudiste enviar a esos carroñ

anera irónica, sin p

redero, James, te guste o no, vas a estar al mando -

mpre la manipulación. No importaba cuánto intentara escapar, Vittorio siempr

éjame en paz -dijo James, dándole la espa

ó, resonando en el garaje-. Esto no es un j

alabras de su padre como un yugo sobre sus hombros. No resp

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