EL PRIVILEGIADO
Car
oquivacoa, di
as que unen a Venecia y Granada, salió la prima de Rosalía, Manuela Jiménez
evaba en brazos. Fue así como me registraron y me presentaron en un país distinto al qu
iadas humildes. A pesar de las carencias, los sinsabores y las Navidades sin
tocar cualquier instrumento que se me pusiera por delante. Además, destacaba por mi voz de tenor,
Mi madre Manuela, al principio no quería esta profesión para mí. No obstante, con e
ño. Ella, se sentía orgullosa cada vez que mi madre, Manuela, le contaba sobre m
*
der en diez o catorce años, lo aprendí en seis años y a muy temprana edad. Me dest
ando nació Luis Carlos, ¡este niño va a ser un gran cantan
ina diría algo inadecuado. En todo caso, este comentario quedó ahí y mi madrina,
música, porque anhelaba que fuera un profesional. Pero si eso es
o se arrepentirá! -Afirmó mi madrin
e mi madre enfermó y ella solo me tenía a mí. Por lo tanto, debía trabajar para traer comida pa
legué a participar en concursos infantiles. Mi madrina me apoyó y me acompañó, debido a que mi ma
coa, en ju
rantes de este, para formar parte de una banda musical. En vista de que mi madre, ya se encontraba
sitor, además de cantante. Fui, el pianista titular de la misma, aunque a veces toqué la
*
lcalde, quien nos conocía a todos, desde pequeños. A pesar del dicho q
también, aprendí a tocar la guitarra y la caja o tambor. Finalmente, una noche que no pu
rendía como salía de mi voz, estas notas musicales. Fui muy ovacionado. Para mí, fue una noche
s de piano, teclado electrónico y guitarra. Lo cual no dudé, ni pensé
feccionamiento, porque me busqué los mejores profesores. Me especialicé en músic
*
ación. A los dieciséis años, por problemas con el líder del grupo, me separé de esta. Después, pas
í a quien sería mi amigo y representante artístico, Francisco o Kiko Leó
*
corta edad, fui adquiriendo fama y haciéndome muy popular, rápidamente. Aquellos años con
buen físico. Una de mis mejores armas, son mis ojos color miel. En cuanto a mi contextura, soy cor
*
fui invitado por uno de los dueños de la agrupa
una reunión privada que tengo en mi finca, este
o! ¡Ahí estaré! -Aseg
ue no podía faltar y menos después que di mi palabra que estaría ahí. Él, se ofreció para acompañ
endo las instrucciones de este y salí, acompañado de él, hacia
arlos! -Me saludó él
pondí, apretando la ma
as por estar aquí! -Salu
sus invitados. Había muchas personas pertenecientes a la farándula de mi pa
él- Y prefiero, me tutees, nada de señor Di
as! -Sonreí sentándome en el lugar
uales a ella; todas parecían adolescente. Estas, se sentaron en una mesa cerca de donde me encontraba.