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Destinos Cruzados

Capítulo 3 Una Oferta Inesperada

Palabras:1257    |    Actualizado en: Hoy, a las 10:29

los ecos de lo ocurrido con Sebastián Leduc aún resonaban. Había repasado cada palabra, cada mirada, cada segundo de esa intensa conversación en

ante de los trabajadores era una especie de refugio. Aquí no había espacio para pensamientos complica

na temporal -gritó uno de los superv

da que servía como oficina para los arquitectos y los ingenieros. Dentro, encontró a un

y Mateo Vargas, representante de Arcadia

ó su mano con

e Leduc Enterprises? -preguntó, sin m

i estuviera acostumb

abajo. Es impresionante, realmente. Su visión arquitectónica es única, y

os, apoyándose en el

que si lo es, está perdiendo el tiem

igeramente, como si hubie

e el doble de su salario actual, además de un puesto directivo en nuestro equipo de diseño.

dora, eso era innegable. Pero sabía que no era solo su talento lo

chando los ojos-. ¿Por qué están

tó una br

papel en *Eterna*. Sabemos que usted es una de las figuras clave en ese pro

-Elena levantó una

ta, su sonrisa desvan

s tienen consecuencias. He oído rumores, señorita S

e le escapaba de los pulmo

qué está

esos rumores llegaran a oídos de las personas equivocadas. Sebastián Leduc no es precisamente cono

ños, pero se obligó

tá amen

presentando las opciones. Puede venir con nosotros y evitar cualquier...

ndo cada palabra, cada gesto. F

ácil de intimidar. Y que si intentan algo, se

or su respuesta. Luego, con un leve enco

recuerde: las puertas de Arcadia s

que no podía tomar a la ligera esa amenaza. Si alguien comenzaba a investigar demasiado, podría descu

*

ontró revisando unos documentos, su expresión tan severa como siempre. Pero algo en sus ojos cam

puente? -preguntó sin levan

espondió Elena, manteni

ncio se prolongó, cargado de una tensión que ambo

visita de Arca

ián levantó la mirada, sus oj

a? ¿Qué

Con una oferta bastant

ño, sus labios apretánd

que su tono dejaba claro qu

tó una br

ada. Pero no se trataba solo de un

ó de su silla, sus

azarte

rumores... so

bastián cruzó la habitación hasta queda

un arma contra mí. Si Arcadia inte

u voz. Había algo profundamente protector en su p

á en juego mi reputación, mi carrera. Si estos ru

-dijo con firmeza-. Y si lo hacen, me encar

la cabeza, dand

uería evitar. Este tipo de co

un paso hacia ella-. ¿Sentir algo? ¿Importarnos el uno

esto solo nos ha

su respiración pesada. Finalm

ero tampoco puedo fingir que no me importas

menazaban con desbordarse. Quería creerle, quería confiar

na, Sebastián. No sé si p

o, acariciando sua

ostrarte qu

rmitiendo que su rostro se inclinara hacia su toque. Per

uí. No

ada llena de una mezcla d

Pero esto no

antes. Mientras caminaba hacia el ascensor, no podía evitar preguntarse cuán

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