Destinos Cruzados
e volvía más rápida, no solo por el esfuerzo, sino también por el miedo que crecía dentro de ella. A lo lejos, podía escuc
radio mientras mantenía su pistola lista. Afuera, las luces de los reflectores iluminaban a los intrusos. Uno
ián, con una voz tan helada que
cámaras de vigilancia que mostraban el exterior-. El disparo fue de
tió y caminó h
ablar co
co, poniéndose frente a él-. Podría
to es p
delante, su voz rom
co? ¡Podrí
ella, su mirada firme pero con
es tu batalla.
brillando de frustración-. Estoy aquí porque esto m
lesto por su insistencia, pero antes de
intimidación, puede que sea mejor que alguien más est
, considerando las palabras de
ás de mí en todo momento -dijo,
u corazón latie
-
uminaban a los dos hombres, que permanecían inmóviles mientras los guardias de segurid
na donde había recibido el disparo. El otro, que parecí
dijo el hombre, con un tono b
ediato. Simplemente lo miró c
n te e
e encogió d
Solo estamos aquí para
asmo-. Y este mensaje incluye invadir mi propiedad y
vo, pero esta vez su to
con fuego. Si sigues intentando cortar los lazos,
adelante, su expresi
Y si vuelve a enviar a alguien a mi casa
va, pero intentó man
ero si quieres que pasemos la pa
o un gesto a los guardias para que escolt
s -ordenó-. Quiero que los inves
o, observando a Sebastián. Cuando todo terminó, él se volvió hac
s? -preguntó, su tono c
as alguien más toma las decisiones por mí -respond
ó una mano por su rostr
personas no tienen límites. No qu
más cerca de él-. Y no puedes seguir apartándome
o luego algo en su expresión cambió. Su mirada se suavizó,
eñada en quedarte a mi
intiendo cómo la intensida
uridad, hay un hombre que vale la pena.
, como si tratara de descifrar cada palabra. Finalmente,
tu propio bien -murmuró, su vo
aban con los de él. Por un momento, el mundo exterior dejó de existir.
os próximos pasos -dijo Franco, apar
pero no apartó la
do -dijo en voz baj
que sus palabras tenía
-
más a fondo. Si quería ayudarlo, necesitaba entender exactamente a quiénes estaban enfrentand
menzaban a surgir repetidamente, pero un nombre en particular llamó su atención: **Héctor Villalobos**, un empresario con una
s fotografías de Villalobos y sus supuestos socios, una sensación de inquietud se apoderó de ella.
que este hombre era la clave para e