Rubí - Miedo y Culpa
scalofrío recogiendo mi columna vertebral, el aire lo siento más frío,
e llegó, los invitado
rada en mí, ya que estoy con Armando, de lo contrario me comería con la mirada como siempre lo
ía que ver a mi esposa.- me contengo de
el caos en que se convertirá esto más tarde, en cuanto Armando hace presencia en el lugar no tardan en acercarse a él sus amigo
s fuertes no son lo mío así que especialmente mando pedir una botella de champán de la cual me sirvo una copa solamente y bebo len
se maldito mafioso italiano que llego hace 2 años a la ciudad y está arrasando
es, es la ventaja que tiene la mafia a comparación del narc
y no deja de recorrerme las piernas con la mirada, trata de disimular cuando Armando se dirige a él, p
diando sus movimientos desde hace meses si todo sale bien mañana conseguiré un paquete que es muy importante para él, a hombres como ese se les destru
delicadas frente a mí, con toda sinceridad no me gusta estar involucrada, ni tener conocimiento d
ses tranquilo, estaré po
ro he
un pasional beso, al separarme y ponerme de pie me da una nalgada q
otráfico me siento en una banca observando un almacén que se encuentra un tanto alejado de la casa
instante dando un brinco con repugnancia pensado que era algún pervert
es tu
aquí esta, convertido en todo un muchachote, sale corriendo a los arbustos y me trae una vara, suspiro poniéndome de pie, tiene un aspecto grande, intimidante, pero en realidad es tan blando y juguetón, bueno por lo menos conmigo
u maldit
, una chica alta de cabello negro corto y lacio que le llega a los hombros r
contrataron a ti y no me importa, todas saben qu
no tengo problemas, yo encantada, no es como que me queje, ya que no disfruto su compañía, por mi mejor si se lo ll
gnores perra! ¿
o mi cabello con fuerza, yo me llevo las manos a la cabe
o llena de molestia, a este punto empezamos
le dices l
como Benji viene corriendo hacia nosotras, salta para morder el brazo con en que la chica sostiene mi cabello, todo el peso del animal c
an quien obedece al instante, no t
levantarme mientras otro hombre ayuda a la otra chica, el
riña entre damas de compañía, p
to no acabará bien. - Ella no es ninguna dama
no hago más que apartar la mirada y negar con la cabeza, si tan siquiera me hubiera dej