Soy una sugar baby del Ceo
ulo c
presentarte con esos har
talla grande. La furia lo dominó y su asqueroso rostro que tanto recordaba y me daba pesadillas por la noche, me hicieron
é gritar a Max
ogaba que tuviera alcohol y comencé a ingerirla descarad
usca de un baño en el cual refugiarme. Encontré lo que parecía uno y abrí la puerta d
o, ahogando gemidos mientras un joven de unos veinticinco años, moreno y de gran contextura física, le levantaba el
irada hacía mí, con l
lamé, con las mejillas ardiendomé
e escuché decir a la madre de
iarme y así poder calmarme. Piensa en mariposas y no en la vieja en la que e
e no había nadie. Me topé con el cuarto de limpieza que era mucho más grande que mi cocina. Prendí la
errando los ojos y sintiendo como mi cabello se pegaba a
¿Está
ás de la puerta re
No
upuse que estaba aliv
abre la
Max -inquirí, llevandomé las manos a
eó la manija de la puerta y la abrió, haci
abajo? ¿Por qué saliste corriendo
icio, incluso su paj
s calles más prestigiadas de New York, del cual renuncié. Es el que me
ando su cuerpo en el estante má
humillarlo y que casi recibe una demanda? -la voz
oz temblorosa y al borde de las lágrimas- Se te mete en la cabeza con sus crueles palabras, ¡tanto que llegas a creértel
sin saber qué decir. Me temblaba el cuerpo como si hic
, destr
re los hijos se ponen del lado de su padre por más situac
r una vida mejor había sido eliminada por tu cob
ia algún punto del cuarto-, y una vez fue tan fuerte el golpe que caí por las escaleras que acabas de subir. Mi madre no estaba, cuando regre
biese costado hacerlo. No podía imaginarme cómo Walter podía herir a alguien c
allí, en esa habitación que apenas era iluminada
local en esa calle, ya que todos los empleados renunciaron y ahora él está mal visto. Tiene en su totalidad cinco comerci
sensación de satisfacción que alguien me hubiese dado.
te, Max? -le pregunté, apart
era tan cariñosa y apegada
trabajo y nos concentramos
s vamos ente
tomó de la mano y salimos del cuarto. Al mismo tiempo, la madre de Max salía del baño pero sin el joven que cochinam
o más antiguo que se ha visto. La próxim
idiado por su comentario tan fuera de
¡Nosot
ñora-lo interrumpí, entrelazando mi mano con l
frente, atrasandon
odo de protesta-. No luego de lo que me ha contado tu padre. Por culpa de es
osas se hablaban a puertas cerradas, sin embargo, había logrado que
vos para hacer semej
!-le gritó la vieja
as de estar aquí. -escupí, soltando la mano de Max para
casa d
ioso-Querian que traiga a una sugar baby, insistieron como be
a. Las personas continuaban ajenas al asunto, disfrutando de la música clásica que sonaba, charlas falsas y sonr
tandomé un bledo que la gente se me quedara mirando, ya que s
aro de presentarte aquí
ncontrandomé con m
musité, tomando otra copa para bajar
o, haciéndome sentir su perfume agrio, asqueroso. Quis
a llegarás a nada, arrastrada y caza fort
champagne en el pecho, empapando co
de la mierda!-lloré, c
do, mirando su pecho empapando y el enfado lo invadió de tal manera que cuando vi que estuvo por le
riple de gra
ax, con los dientes apretados y co
e su hijo y lo miró, enf
deja de bocadillos al paso y una botella cer
da era necesario,
levantada y con una ceja arqueada, disfrutando