El hijo secreto del billonario
o? -El rugido furioso de Enrico
casa, y su padre ya descargaba
cuerpo-. Pareces una pordiosera, paseándote por la ciudad con ese v
ría estar acostumbrada al trato arrogante de su propio padre, pero todavía tenía la esperanza de
poso con una mirada severa, luego se giró hacia Antonel
dos la escucharan. En el fondo, disfrutaba de que Antonella no se hubiera casado con el multimillonario d
a rabia fue su única defensa-. Me obligaron a casarme con un hombre que no conocía
vez que la golpeaba, aunque las palabras que le decía habitualmente le producían la misma sensación que ahora.
a-. Y este matrimonio era nuestra salvación. Si no puedes conseguir un bu
a conseguir lo que deseaba. Antonella sintió un nudo asfixiante en su garganta al recordar que su fam
pero estaba cansada de que su p
ómoda-. ¿Por qué yo tengo
o, Antonella? -murmuró Aless
a vez más molesta-. ¿Crees que todo lo que estoy pasando es gracioso? Mien
ro la sonrisa provocadora no aban
ito explicar que Alessia estudia a tiempo completo y no puede trabajar. Por fav
derle a su padre, pero había cosas que no podía tolerar en silencio. Sin embargo, se
zó a subir las escaleras, cuan
dose una vez más-. Dudo que alguien en esta ciudad quiera c
y corrió a su habitac
pero apenas se sentó a desayunar. Fue bombardeada con las exigencias d
empresa donde trabaja tu tío -le quitó la taza
ca parecía inconsolable. Solo para no preocupar m
ué puesto me estoy postulando
de la empresa -respondió él, mientras la t
ritaban. Caminó hasta Francesca y la besó, intentando calmarla. Luego volvió a su habitación y se
l: no poder tomar sus propias decisiones ni vivir la vida que un día había deseado. Cuando el
tu día -dijo, visi
ana -respondió Dominique, tratando de consolar
la vida de Antonella. Ella sonrió, tragándose las ganas de llorar. Entraron al ascensor y, en cuanto llegaron a la r
itados daban la impresión de que A
del mostrador. El rostro de Dom
nto a ella, sujetándola del brazo e intentando
que estaba parado a unos metros de distancia-. Ese
ente paralizada por la belleza del hombre. Luego se puso de pie
rme cómo se ll
hombre que Dominique indicaba, y sonriendo-. Es el
uerza al escuchar esas palabra
ndonado en el altar, era el mismo hombre