El hijo secreto del billonario
dueño de la cafetería, apretó los dientes mientras miraba a Antonella.
spalda de Antonella solo de
vientre. El futuro que le aguardaba no era nada alentador, pero consiguió el empleo. Claus creyó que Antonella era la m
r por la atención de la hermosa pelirroja, y las peleas se hicieron cada vez más frecuentes. Cuando Claus descubrió que Antonella est
a de despedir a Antonella teniendo un hijo tan pequeño que mantener. La mantuvo en el trabajo, aun
nsó que podría ser la vecina que cuidaba de Adam y que algo le había pasado al niño, pero
a? -pregunt
us ojos se llena
na ocasión, le envió una foto de Adam recién nacido con su nuevo número a través de las redes sociales, pero nunca más volvió a saber de Dominique. Pensó que algo podrí
igo -la voz entrecortada de Antonella de
in embargo, no fue así. Se escuchó un llanto al otro lado de la línea,
lla? -preguntó Domini
manos temblaban mientras sostenía el teléfono-. No me llam
haló profundamente, haciendo ese sonido car
ó Antonella, sintiendo que sus
entras Antonella sentía que el corazón
amó la atención de Claus. Ya había escuchado la décima queja del mismo cliente por la demora de Antonella,
guntó, pero no obtuvo respuesta-.
só tres años lejos de ella, sin imaginar cuánto habría extrañado a su hija. Consumida por la culpa, se quitó el delantal y salió de la cafetería en silencio. Claus camin
ias veces profundamente-, pero si quiere despe
por última vez y se marchó. Él insistió en que volviera; sin embargo, Antonel
e para comenzar su vida desde cero las veces que fuera necesario, aunque regresar a su ciudad natal no estaba en sus planes. M
reer que estuviera de vuelta, aunque Antonella aclaró que sería solo por un tiempo. No quería quedarse
su madre. Dominique la reconocería en cualquier lugar. Antonella era inconfund
bueno o malo. Aunque sintiera la necesidad de hablar con ella, no había mucho tiempo para conversar. Tendrían que dejarlo para después. Cuando Domin
no dejes que nadie l
Dominique, apretando las pequeñas mejillas de Adam-. P
llevó a Antonella hasta la entrada del cementerio y le deseó
ónde estaban sepultando a su madre. Cuando divisó a una multitud más adelante, se apresuró angustiosa. Estaba tan aturd
gemido de dolor y rabia, no vio que el hombre extendía la mano para ayudarla. Cuando se dio
a furiosa. Además de distraído, aquel hombre e
ojos de ella se abrieron de par en par al recon
todas las personas que deseaba evitar en esa ciudad,